La pasada semana se llevó a cabo la prueba piloto del proyecto interclúster, en la que el Ayuntamiento de Sant Boi de Llobregat (Barcelona) realizó una poda de paulonias de una plantación energética en un terreno de 7.000 metros cuadrados, con la que obtiene cerca de 140 metros cúbicos de biomasa cada tres años. La madera de los 1.600 árboles plantados se aprovechará para generar energía.
Para esta ocasión, la empresa de inserción Multiolea ha hecho los trabajos con personal en riesgo de exclusión. Desde los dos clúster que impulsan la iniciativa aseguran que “la gestión y el suministro de biomasa implica una serie de trabajos, tanto de gestión agro-forestal como logísticas, que pueden ser utilizados como herramientas para la inserción de personas en riesgo de exclusión social o con trastornos mentales”.
Programas transversales de inserción socio-laboral
“El objetivo de estos trabajos es poder definir bien qué perfiles son necesarios y como optimizarlos desde el punto de vista de la ocupación laboral”, afirman los promotores. De esta manera arranca un proyecto interclúster para desarrollar “programas transversales de inserción socio-laboral con personas que sufren enfermedades mentales o en riesgo de exclusión social y disminuir la carga social sanitaria, así como la de las familias”.
El Clúster Salut Mental Catalunya y el Clúster Biomassa de Catalunya enfocan en este caso “la producción de energía como una actividad social que sirve para la prevención, el tratamiento de trastornos y también como elemento integrador para eliminar barreras y superar estigmas”.
La biomasa sólida se une así al biodiésel, en concreto el procedente de aceites de cocina usados, en este tipo de integración laboral. En la recogida y procesado de esta materia prima son varias las administraciones y ONG que trabajan desde hace años con personas con alguna discapacidad.
Aprovisionamiento de combustible con valor añadido
Los clústers mencionados afirman que “el trabajo bien hecho servirá para garantizar el aprovisionamiento de combustible con valor añadido de la función integradora derivada, y contribuirá a detectar nuevos mercados con un enfoque social y desarrollar programas de formación para diseñar modelos específicos para favorecer la inclusión de personas de colectivos en riesgo”.
“Diseñar un proceso en el sector de la gestión agro-forestal, en el que la premisa no sea maximizar la rentabilidad económica sino la inserción de personas, lo convierte en una iniciativa pionera”, apostillan desde el proyecto. Acció, organismo de la Generalitat de Catalunya destinado a fomentar la competitividad, ha dado soporte a la iniciativa dentro del programa Cataluña Clústers.
El proyecto cuenta con la colaboración de centros de investigación, el Ayuntamiento de Sant Boi de Llobregat, empresas del sector forestal y de la salud mental y entidades del tercer sector. Estas últimas participarán en las diferentes pruebas que se realicen y en el seguimiento clínico de los pacientes participantes.