El barrio de la Txantrea (Pamplona) ha inaugurado la primera central y red de calor a escala de barrio de Navarra alimentada con biomasa forestal para suministrar calefacción a 4.500 viviendas y centros públicos. Actualmente están ya conectados a la red de calor (calefacción y agua caliente sanitaria) tres edificios dotacionales públicos, como son el colegio público García Galdeano y el polideportivo Ezcaba, ambos del Ayuntamiento de Pamplona/Iruña, así como la Unión Deportiva Cultural Txantrea. Está también contratado el servicio para 2.000 viviendas correspondientes a sendas comunidades de calor, concretamente Calor Txantrea (800) y Orvina II (1.200). La Presidenta de Gobierno de Navarra, María Chivite, ha señalado que esta central y su red de conexión con las comunidades vecinales "representan un hito destacado en la estrategia del Gobierno de Navarra para avanzar en el proceso de descarbonización del parque residencial y de las ciudades, para alcanzar el objetivo de la Unión Europea de reducir el total de las emisiones anuales de gases de efecto Invernadero en, al menos, un 50 % para 2050".
La nueva instalación, que ha contado con una inversión total de 13,8 millones y ha sido impulsada por Nasuvinsa y explotada por el grupo Engie, a través de su filial navarra Districalor, se está construyendo en dos fases. La primera fase del proyecto ha incluido la construcción de la obra civil, la instalación de generación de calor de 24,5 megavatios (MW) de potencia y el soterramiento de los tres primeros kilómetros de red de distribución formada por doble tubería preaislada por la que circula el agua caliente hasta las viviendas y edificios dotacionales. Por ahora, y para la fase dos, se está gestionando la posible incorporación de la comunidad de calor San José (500 viviendas) y de dos centros dependientes del Gobierno de Navarra, como son Valle de Roncal y San Francisco Javier, así como del colegio público Bernat Etxepare y de la Escuela Infantil Izartegi, ambos del Ayuntamiento de Pamplona.
Esta primera fase de construcción y puesta en servicio de la central y de la red de calor comunitaria ha supuesto una inversión 10,7 millones de euros, de los que 6,9 millones (65%) han sido aportados por la sociedad pública Nasuvinsa, que ha contado para ello con una subvención del 50% con cargo al programa Feder Navarra. Los 3,8 millones restantes han corrido a cargo de Engie, empresa que en su día resultó adjudicataria de la construcción, gestión y explotación de las instalaciones por un período de 36 años. La capacidad total de la central alcanzará su pleno desarrollo en una segunda fase que se espera que esté operativa como máximo en 2028, y que permitirá atender la demanda de calefacción de 4.500 viviendas.
Sobre la central
La central cuenta con tres fosos para recepción y almacenaje de hasta 1.000 metros cúbicos de astilla de madera, para alimentar la infraestructura de generación de calor con una potencia total instalada ahora de 24,5 MW, que se ampliará hasta los 39 MW en la segunda fase. Cuenta también con una sala de bombeo y un depósito exterior en el que se almacenan 1,8 millones de litros (1.800 m3) de agua caliente. El combustible principal que alimenta la caldera es biomasa de astilla de madera, procedente de superficies forestales que cuenten con certificado de explotación sostenible situadas en Navarra o cuya distancia entre origen y punto de consumo sea inferior a 150 Km por carretera. El empleo de la biomasa permitirá evitar anualmente la emisión a la atmósfera de 4.000 toneladas de CO2, volumen que se verá duplicado con la entrada en servicio de una segunda caldera en una fase posterior.