Moeve ha anunciado que va a desarrollar un plan para impulsar la construcción de unas 30 nuevas plantas de biometano para 2030 en España, con una inversión de unos 600 millones de euros. En concreto, los proyectos se desarrollarán en Andalucía, Cataluña y Galicia, y se espera producir cuatro teravatios hora (TWh) de biometano en el país al final de la década. Para el desarrollo de estas plantas, Moeve está cerrando acuerdos con socios como Kira Ventures y PreZero y ya ha firmado un acuerdo con InproEner para desarrollar cinco plantas de biometano en España, que se espera que estén operativas entre 2028 y 2029. Cada instalación producirá alrededor de 50 gigavatios hora (GWh) al año, sumando hasta 250 GWh anuales de biometano.
Estos planes para crecer en biometano favorecen la estrategia de descarbonización de la energética, que tiene una hoja de ruta establecida para recortar en 2030 un 55% sus emisiones de CO2 (alcance 1 y 2) respecto a 2019 y aspira a ser neutra en carbono antes de 2050. En cuanto la intensidad de carbono de su energía vendida, el objetivo es reducirla entre un 15 y un 20% en 2030. Según el director de Biocombustibles de Moeve, Matteo Vaglio, el biometano es "una apuesta clave" del grupo para descarbonizar su actividad y la de sus clientes, "ya que permite ser utilizado de inmediato en las industrias y redes de transporte existentes, facilitando así su integración en el mercado energético actual, al tiempo que impulsa el desarrollo económico y social de zonas rurales".
Durante su ciclo de vida, el biometano reduce más del 90% de las emisiones de CO2 en comparación con el gas natural convencional. El biogás se produce mediante un proceso natural de descomposición (digestión anaerobia) de residuos orgánicos biodegradables agrícolas, ganaderos e industriales. Posteriormente, tras su depuración mediante un proceso tecnológico denominado 'upgrading', se convierte en biometano. Las plantas de producción de biometano contribuyen al desarrollo económico sostenible del mundo rural, impulsando dos sectores clave para la economía española, como el agrícola y el ganadero. Además, las plantas de biometano son una alternativa sostenible al tratamiento de residuos, ya que permiten revalorizarlos para la producción de energía renovable y para la producción de subproductos como abonos o fertilizantes sostenibles que pueden utilizarse en las tierras de cultivo de la zona.