El pasado mes de diciembre Avebiom presentó al Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE) dos proyectos “para favorecer la implantación de la biomasa como fuente de energía renovable en municipios de menos de 5.000 habitantes”. La misma asociación piensa que “encajan plenamente en el Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia del Estado con el que el Gobierno de España guiará la ejecución de 72.000 millones de euros de fondos europeos hasta 2023”.
Avebiom dio a conocer ayer esta información en una nota de prensa, en un momento en que las redes sociales se llenan de mensajes desde el sector que defienden la estabilidad del suministro de energía con biomasa. Piensan que ese suministro se puede consolidar y ayudar a cumplir con los objetivos del Pacto Verde de la Unión Europea y del Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC) con la puesta en marcha de los dos proyectos.
Básicamente, los proyectos consisten en “desarrollar hasta cien nuevas redes de calor con biomasa local, que darían servicio a unas 250.000 personas en el entorno rural, y, por otro lado, favorecer en 255.000 viviendas el recambio de sistemas de calefacción obsoletos por equipos individuales de biomasa de última tecnología que utilicen biocombustibles certificados”.
375 millones de euros para las redes y 658 para las sustitución de calderas
Las redes de calor calculan que calentarían una superficie de diez millones de metros cuadrados utilizando 150.000 toneladas de biocombustibles anuales y la potencia instalada (1.400 megavatios) supondría más del 1,5 por ciento del objetivo de calor renovable que establece el PNIEC. Avebiom estima que sería necesaria una inversión pública de 150 millones de euros, que generaría una privada de 225 millones adicionales.
La inversión pública estimada en el caso de la sustitución de las calderas es de 337 millones de euros, que activaría unos 321 millones desde el sector privado. El total de la inversión, sumados los dos proyectos, llegaría a los 1.033 millones de euros. “Las calderas y estufas de biomasa requerirían 265.000 toneladas de biocombustibles certificados al año, cantidad asumible por la capacidad de los productores nacionales”, apostillan desde Avebiom.
635.000 habitantes con calderas de biomasa modernas
Otros datos que avalan esta propuesta de sustitución de calderas y estufas es que “beneficiaría a más de 635.000 personas, el 11,4 por ciento de la población que habita en localidades de menos de 5.000 habitantes”, y “aportaría 115 kilotoneladas equivalente de petróleo (ktep) de energía térmica bruta renovable, contribuyendo con un 3,2 por ciento al incremento de energías renovables para calor y frío que establece como objetivo el PNIEC”.
Desde 2013, Avebiom lleva promoviendo este tipo de instalaciones a través del Canal Clima, un programa aprobado dentro de los Proyectos Clima del Fondo de Carbono para una Economía Sostenible (FES-CO2). Hasta 2017 había tramitado 410 instalaciones inscritas en Canal Clima I y II, desplazando 2,78 millones de megavatios hora de combustibles fósiles y evitando el consumo de 238 ktep.
Avebiom concluye que los dos proyectos planteados al IDEA son “altamente factibles en el entorno rural, donde existe un elevado porcentaje de viviendas unifamiliares que aún utilizan para calentarse contaminantes calderas de gasóleo, estufas de gas butano e incluso de carbón en alguna zonas, y donde también siguen funcionando muchas estufas y calderas de leña anticuadas, no conformes al reglamento de ecodiseño”.