“El nuevo proceso pre-trata la materia orgánica de partida con dióxido de carbono a altas temperaturas y presión en agua antes de que se fermente toda la mezcla”, detalla Eskicioglu en una nota de prensa difundida por la UBC. Añade que para ello se “utilizan equipos y materiales ampliamente disponibles a escala industrial, por lo que la adaptación de biorreactores existentes o la construcción de nuevos miniaturizados podría hacerse de forma económica y sencilla”.
La investigación piensa en el aprovechamiento energético cercano a su producción de varios subproductos agrícolas y forestales, como la paja de trigo, la cáscara de maíz o la corteza del abeto de Douglas. La profesora de la Escuela de Ingeniería de la UBC comparó los procesos de fermentación tradicionales con su nueva técnica y encontró que “la corteza del abeto de Douglas en particular podría producir metano un 172 por ciento más rápido”.
A la rapidez y la economía, Eskicioglu añade que con su nueva técnica también se puede lograr una producción de biometano más segura. "A diferencia del pre-tratamiento tradicional –explica–, nuestro método no requiere el uso o generación de productos químicos tóxicos. Todavía tenemos que evolucionar para llegar a la escala industrial, pero nuestros resultados hasta ahora son muy prometedores".