Según el EBB, la demanda de combustibles líquidos ecológicos en Europa se duplicará de aquí a 2030, a medida que la UE avance en su senda de descarbonización en los sectores del transporte marítimo, la aviación y el transporte pesado por carretera. Los mandatos FuelEU Maritime y ReFuelEU Aviation requerirán unos 42 millones de toneladas equivalentes de petróleo para cumplir los objetivos establecidos en la directiva revisada sobre energías renovables.
Además, según informa Euractiv, se espera que la ampliación del mercado del carbono de la UE a los vehículos privados impulse la demanda de combustibles bajos en carbono antes de la adopción masiva de vehículos de emisiones cero en todo el bloque.
EBB señala que los biocombustibles siguen siendo, actualmente, el principal sustituto de los combustibles fósiles en gran parte del sector del transporte, representando alrededor de la cuatro quintas partes de la energía renovable en este sector en 2020. Sin embargo, el Consejo advierte que, a menos que se eliminen los topes a los biocombustibles, Europa no cumplirá sus objetivos de transporte ecológico.
"El paquete Fit for 55 está provocando una mayor demanda de combustibles líquidos renovables con una menor disponibilidad de materias primas, introduciendo diversos marcos de sostenibilidad y dependiendo en gran medida de las tecnologías y los combustibles del futuro. Todo ello puede llevar a que se reduzca la contribución que puede hacer el biodiésel sostenible", afirma el secretario general del EBB, Xavier Noyon.
“Como productores europeos de biodiésel sostenible, estamos convencidos de que el biodiésel es clave para descarbonizar eficazmente todos los modos de transporte, especialmente en nuevos sectores como el de los vehículos pesados, el marítimo y el de la aviación, y las propuestas de la Comisión así lo reflejan", añade Kristell Guizouarn, presidenta del EBB.
Combustible made in UE
En su valoración del paquete Fit for 55, EBB señala, entre otras cosas, que la industria europea del sector está preparada para desarrollar un combustible verde fabricado en la UE para mejorar la seguridad energética y reducir las importaciones de gasóleo, contribuir a la mitigación del cambio climático y reforzar la independencia y los ingresos de los agricultores europeos.
Desde el Consejo explican que, en la fase inicial, el cultivo europeo de colza, girasol y soja proporciona harina de proteínas para la alimentación animal, disminuye las importaciones de terceros países y desvía los residuos de grasas y aceites de los vertederos, al tiempo que reduce el uso de gasóleo fósil. Además, los principales subproductos del biodiésel, como la glicerina verde o la bio-nafta, sustituyen a los productos químicos de origen fósil en una gran variedad de campos como la cosmética, la alimentación, los piensos o los polímeros.
Asimismo, el biodiésel en forma de aceite vegetal tratado con hidrógeno (HVO) y ésteres metílicos de ácidos grasos (FAME) puede sustituir a los combustibles fósiles en el sector marítimo, la agricultura, la maquinaria de construcción y las calderas de calefacción. Como ombustible de aviación sostenible (SAF) también sustituye al queroseno fósil empleado por los aviones.