Según el barómetro de biocombustibles sólidos 2023 de EurObserv'ER, la producción de electricidad a partir de biocarburantes sólidos en la Unión Europea fue de 87,6 teravatios-hora (TWh) y el consumo de calor procedente de biocombustibles sólidos de 81,4 Mtep (tonelada equivalente de petróleo). El informe señala que el uso de biocombustibles sólidos en todas sus formas (desde madera en rollo hasta pellets de madera, residuos y subproductos de madera, residuos, residuos vegetales y otros residuos industriales renovables) para satisfacer las necesidades energéticas ha aumentado claramente en las dos últimas décadas. Su consumo en la UE prácticamente se ha duplicado desde el año 2000 (53,6 Mtep en 2000, 89,3 Mtep en 2010 y 100,3 Mtep en 2022).
EurObserv'ER estima que la producción de biocombustibles sólidos en 2022, es decir, los insumos extraídos del suelo europeo, se situó en torno a 98 Mtep, lo que supone un descenso interanual del 2,8 % con respecto a 2021 (la producción de la UE disminuyó en 2,8 Mtep). Sin embargo, la producción de pellets de madera de la Unión Europea está aumentando y ha pasado de 19,8 millones de toneladas en 2021 a 20,4 millones en 2022 (un 3,2% más), mientras que la capacidad de producción aumentó de 25,6 a 27 millones de toneladas. El informe afirma que la apertura de 63 nuevos centros de producción es responsable de este aumento. "El menor crecimiento de la producción en comparación con las capacidades de producción puede explicarse por el fuerte aumento de los costes de producción debido a las subidas de los precios de la energía y también a la reducción del suministro de madera rusa y bielorrusa (debido al embargo europeo) destinada a la transformación en pellets de madera en suelo de la Unión Europea", apuntan.
Producción bruta de electricidad a partir de biocarburantes sólidos* en la Unión Europea en 2021 y 2022
Por su parte, las importaciones netas de biocarburantes sólidos (madera y pellets de madera) en toda la Unión Europea fueron bajas e inferiores al nivel de 2021 (3,7 Mtep en 2021 y 2,3 Mtep en 2022) procedentes de países no pertenecientes a la UE y de Norteamérica. El embargo ruso y bielorruso de pellets de madera es en parte responsable de la caída de las importaciones en 2022, además de la legislación europea sobre sostenibilidad de la biomasa, que se está introduciendo gradualmente y que está afectando muy probablemente a determinados flujos de suministro fuera de la Unión Europea y, en particular, de Norteamérica, según apunta el informe. En cuanto al consumo, los pellets de madera han sido uno de los principales motores del crecimiento energético de los biocombustibles sólidos en la Unión Europea, tanto en el sector doméstico con aparatos de calefacción de pellets de madera (calderas y estufas), como en los usos industriales para sustituir al carbón. Los sectores residencial y comercial concentraron el 56 % del consumo de pellets de madera de la Unión Europea en 2022 (frente al 51 % en 2021), lo que supone la la cuota más alta desde 2014.
Producción bruta de calor en el sector de la transformación a partir de biocarburantes sólidos en la Unión Europea
Los tres principales países productores de electricidad a partir de biocombustibles sólidos de la Unión Europea permanecen inalterados. Los dos principales países forestales, Finlandia y Suecia, monopolizan los primeros puestos con una producción de electricidad a partir de biocombustibles sólidos de 11,9 TWh (un 6% menos que en 2021) y 11,3 TWh (un 0,7 % más que en 2021) respectivamente. Toda esta producción se generó en centrales de cogeneración. Alemania ocupa el tercer lugar con 10,3 TWh y un 4,7 % menos.
Calor renovable
El sector de la producción de calor en la UE se contrajo en 2022, tras haber experimentado un fuerte aumento en 2021, debido principalmente a la disminución de las necesidades de calefacción. No obstante, se situaron por encima de su nivel de 2020. Según EurObserv'ER, el calor procedente de biocombustibles sólidos utilizado directamente por usuarios finales cayó un 3,2 % entre 2021 y 2022 a 69,2 Mtep, lo que supone 2,3 Mtep menos que en 2021. Alemania, uno de los más expuestos a la dependencia del gas ruso, es el único país que ha registrado un claro aumento de su de energía final de biocombustibles sólidos de 0,8 Mtep a 11,5 Mtep. El consumo de energía final también creció ligeramente en España (de 0,1 Mtep a 3,8 Mtep en 2022) y se mantuvo estable en Suecia (57 ktep para alcanzar los 5,5 Mtep).
El ejemplo de Finlandia
Finlandia es un país industrializado cuya combinación energética es una de las menos dependientes de los combustibles fósiles. En ello tiene mucho que ver la explotación de sus recursos forestales (el 70% del suelo finlandés es forestal) que hacen los combustibles de madera representen en 2022 hasta el 28,5 % del consumo energético del país, una cifra ligeramente inferior a la de 2021 (29,6 %), pero superior a la de 2020 (27,8 %). Los biocombustibles sólidos en su conjunto representaron 8,7 Mtep del consumo de energía primaria en 2022, lo que supone un descenso interanual del 8,7 %. Finlandia es el quinto mayor consumidor de biomasa de la Unión Europea, pero lo más importante es que tiene el mayor consumo de biomasa per cápita, con 1,569 tep, por delante de Suecia, con 0,962 tep per cápita.
Consumo interior bruto de biocarburantes sólidos por tep por habitante en la Unión Europea en 2022