La Plataforma Española de la Biomasa (Bioplat) lamenta profundamente las gravísimas consecuencias de los incendios forestales que están teniendo lugar en diversas regiones de España. Este foro de colaboración público-privada constituido en 2007 y conformado por más de 240 entidades (empresas, organismos públicos de investigación, universidades y centros I+D+i) del sector español de la bioeconomía, añade que "solo en lo que llevamos de año han ardido ya más de 193.000 hectáreas, posicionando a 2022 como el año con más incendios de la historia de España". Y también apuntan a que "la despoblación progresiva del medio rural ha conllevado el abandono de los usos tradicionales del monte (leña, pastoreo, etc.)". España es un país muy forestal, con más de 27,5 millones de hectáreas de monte y un ritmo de crecimiento del 2,19%, muy superior a la media europea (0,51%). Sin embargo, la biomasa que se extrae de los mismos es, de media, un 40% menor en España que en Europa. "¿Y esto por qué ocurre? Porque en España no se gestionan los montes. Los montes gestionados son minoría", añaden.
Un monte es un ecosistema vivo y delicado que necesita cuidados y mantenimiento por lo que deben planificarse operaciones selvícolas con objeto de cumplir con sus objetivos, incrementar su capacidad de respuesta a plagas o enfermedades, permitir el acceso y la circulación, e implementar medidas específicas contraincendios (cortafuegos, etc.). Frente a esto "existe una convicción tremendamente arraigada y generalizada, que resulta especialmente peligrosa para la supervivencia de las masas forestales españolas, al considerar que no intervenir en los montes es sinónimo de protegerlos". Y es que la ausencia de gestión forestal sostenible permite la acumulación de biomasa y, como resultado, los montes se convierten en verdaderas bombas de combustible. Si a esto se suma el calor extremo y la ausencia de lluvias, el resultado son incendios de sexta generación absolutamente incontrolables, fundamentalmente por la incapacidad de penetrar en los montes para apagarlos dada la acumulación de biomasa presente en los mismos. Por lo que solo se puede esperar a que se extingan una vez se ha calcinado la totalidad de la masa forestal, ocasionando pérdidas de vidas y de ecosistemas enteros, además de bienes materiales.
Biomasa y bioeconomía. Estrategia Nacional de Gestión Forestal Sostenible
La bioeconomía, entendida como modelos de negocio sostenibles que aprovechan el carbono orgánico presente en los residuos o subproductos que se generan en los campos, montes o industrias con objeto de valorizarlos para generar bioenergía, biocombustibles o bioproductos, es una realidad en España. Este carbono orgánico puede sustituir al carbono fósil presente en los hidrocarburos (gasoil, gasolina, queroseno, gas natural) y en la energía eléctrica y térmica; y también puede sustituirlo en todos los productos derivados del petróleo (materiales, químicos, cosméticos, etc.). La bioeconomía -informan desde la Plataforma- es un vector generador de inversión sostenible además de un factor esencial para dinamizar socioeconómicamente y vertebrar los territorios. La Vicepresidenta Tercera del Gobierno y Ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, Teresa Ribera, afirmó que "la bioeconomía es un claro elemento de cohesión territorial" en la celebración del Día Internacional de los Bosques de 2022.
La biomasa forestal obtenida como resultado de las operaciones selvícolas que tienen lugar al gestionar los montes puede utilizarse en el ámbito de la bioeconomía para generar bioenergía, biocombustibles y bioproductos. Es decir, una gestión forestal sostenible no solo evita los grandes incendios forestales y sus terribles consecuencias, sino que proporciona materia prima local y sostenible que permite sustituir combustibles, energía y productos de base fósil, contaminantes e importados, por otros biobasados.
Desde la Plataforma Española de la Biomasa defienden que contar con una Estrategia Nacional de Gestión Forestal Sostenible que coordine a las administraciones públicas a todos los niveles y que promueva el mantenimiento de los montes españoles sanos, limpios y ordenados favorecería:
• Implementar medidas antiincendios preventivas de grandes incendios forestales
• Movilizar la biomasa forestal sobrante que se utilizaría como materia prima para el sector de la bioeconomía, contribuyendo de esta forma a la transición ecológica y al reto demográfico
• Mantener e incrementar los montes como sumideros naturales de carbono contribuyendo al ambicioso objetivo establecido para la UE (310 millones de toneladas CO2 equivalente en 2030)