A mediados de junio visitó las instalaciones de Villavaquerín una delegación de los socios franceses de PercoMeta, las empresas Heliopro y DualMeta. A finales del mismo mes, el socio coordinador, la española Toro Equipment, mostraba en las redes sociales los tres digestores anaerobios, cuya marca registrada es W-Tank, dentro de la planta piloto que ha construido en la misma localidad vallisoletana.
Son las últimas noticias de una iniciativa que echó a andar el pasado año gracias a las subvenciones aprobadas en 2016 para la realización de proyectos de I+D+i de las pymes en el ámbito de Castilla y León, cofinanciados a su vez a través el Fondo Europeo de Desarrollo Regional.
Como señalan desde otro de los socios de PercoMeta, la Fundación Cartif (completa el partenariado el centro tecnológico INSA), el objetivo principal es “la mejora tecnológica del proceso de digestión anaerobia de la paja de cereal y otras biomasas y residuos de difícil tratamiento en digestores convencionales por su alto contenido en impropios”.
Tanques modulares con fibra de vidrio
Para lograr este objetivo, se han construido los W-Tank, “un depósito atornillable fabricado en placas modulares de fibra de vidrio que permite que la instalación y el transporte se lleven a cabo de manera rápida y económica”, explican desde Toro Equipment. Pretenden conseguir resultados representativos que puedan ser reproducidos a escala industrial.
En la planta piloto de Villavaquerín se trabaja principalmente con paja de cereal porque fueron los sustratos que se introdujeron en el primero de los tanques de digestión anaerobia construidos. Sin embargo, están preparados para procesar estiércoles animales y camas de ganado y residuos orgánicos de la industria alimentaria, la gran distribución y municipales.
Desde el proyecto afirman que la gran novedad de estos tanques es que son capaces de procesar la gran mayoría de los impropios que llevan estos residuos y evitar y eliminar así un paso dentro del proceso: el pre-tratamiento. Entre los impropios citan piedras, alambres, plásticos, madera, piezas metálicas, cartones, huesos y aluminio, entre otros.
“Retiene la materia sólida remanente y los materiales indeseados en el fondo del reactor”
Desde Toro Equipment consideran esta eliminación del pre-tratamiento y el sistema modular de los tanques como las claves del ahorro económico y la rentabilidad que aporta el sistema. Siguiendo con la paja de cereal, aseguran que “la composición leñosa y la naturaleza heterogénea del material suponen un coste importante a la hora de realizar la separación de materiales no deseados. Con esta nueva tecnología no es necesario realizar la separación de impropios previa a la digestión anaerobia”.
Explican también que “el sistema desarrollado retiene la materia sólida remanente y los materiales indeseados en el fondo del reactor y permite extraerla después de completar el proceso. De esta forma se reducen considerablemente los costes de inversión, operativos, de consumo eléctrico, de personal, de explotación...”
En Cartif aseguran que “este nuevo proceso está orientado a maximizar la producción y calidad del biogás generado, lo que favorecerá su uso, no solo en aplicaciones convencionales (motores), sino también en aquellas que exigen unos niveles de calidad del metano superiores, como puede ser combustible para vehículos o inyección en la red de gas”.