La camelina, una de las materias primas más empleadas como biocarburante en la aviación, acaba de aportar una valiosa información sobre la repercusión ambiental de su uso. El estudio, en el que además de la NASA participan otros organismos de Alemania y Canadá, concluye que el empleo de este biocarburante al cincuenta por ciento en los motores de un DC-8 reduce entre un 50 y un 70 por ciento las emisiones de partículas en sus gases de escape.
Los resultados de esta investigación se publicaron la semana pasada en la revista científica Nature. Rich Moore, investigador de la NASA y autor principal del estudio, afirma que “es la primera vez que hemos cuantificado la cantidad de partículas de hollín emitidas por los motores a reacción mientras se quema una mezcla al cincuenta por ciento de biocarburante en vuelo".
66 por ciento de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero
Con anterioridad, un proyecto europero, Itaka, encuadrado en el Séptimo Programa Marco de la Comisión Europea y con amplia representación española, había demostrado la capacidad de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero (GEI). Así se lo explicó a EFEVerde Inmaculada Gómez, coordinadora de Itaka: “el uso de biocombustible para aviación a base de camelina reduce hasta un 66 por ciento la emisión de GEI respecto a los combustibles fósiles”.
El estudio se pudo llevar a cabo gracias a que tres aviones equipados con sistemas de medición de emisiones se turnaron para seguir a los DC-8. De esta manera se iba analizando la formación de sus estelas. Para la NASA, la emisión de estas estelas con partículas de hollín supone “un impacto mayor en la atmósfera que todas las emisiones de dióxido de carbono relacionadas con la aviación desde el primer vuelo motorizado de los hermanos Wright”.
Eliminar las partículas de hollín de las estelas de los aviones
Desde la NASA recuerdan que “las estelas se originan por la mezcla de gases de escape caliente de los aviones con el aire frío típico de las altitudes que alcanzan, y se componen principalmente de agua en forma de cristales de hielo”. Sin embargo, reconocen su preocupación por “las estelas persistentes, capaces de crear nubes duraderas y a veces extensas que no se forman de manera natural en la atmósfera y que son un factor que puede influir en el medio ambiente terrestre”.
Bruce Anderson, firmante también del artículo de Nature y científico del proyecto Alternative fuel effects on contrails and cruise emissions study, que ha originado su publicación, cree que "las emisiones de partículas de hollín también son un factor importante en las propiedades de las estelas y en su formación".
Los investigadores planean continuar con estos estudios para entender mejor y demostrar los beneficios potenciales derivados de reemplazar en los aviones los combustibles actuales por biocarburantes. Incluso se plantean su estudio y posterior uso en los modelos de aviones supersónicos que desarrollan en la actualidad.