La Agencia de Noticias de Ciencia y Tecnología (CyTA) informa que el estudio ha sido realizado por un equipo científico de la Planta Piloto de Procesos Industriales Microbiológicos (Proimi) del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet) y del Instituto Superior de Investigaciones Biológicas (Insibio), ambos ubicados en la provincia de Tucumán.
Publicado el pasado mes de diciembre en la revista Journal of Basic Microbiology, se analiza allí siete especies de levaduras del género Rhodotorula aisladas del suelo de la Antártida, cerca de una de las bases científicas argentinas en el llamado "continente blanco". Según declaraciones de Silvana Viñarta, directora del proyecto, a la agencia CyTA-Leloir, “son excelentes candidatas como productoras de una materia prima alternativa a los aceites vegetales en la producción de biodiésel y otras aplicaciones biotecnológicas”.
Altos porcentajes de lípidos
La investigación permitió comprobar que “bajo determinadas condiciones de cultivo (con altos niveles de carbono y bajas concentraciones de nitrógeno), dos cepas de Rhodotorula glutinis y una de Rhodotorula glacialis tenían alta capacidad para acumular lípidos neutros (aceites)”
Según Viñarta, “los valores de acumulación de lípidos obtenidos en este trabajo por estas levaduras, que representaron más del 70 por ciento de su peso celular, se encuentran entre los más altos reportados en la bibliografía para levaduras oleaginosas. Y el perfil de ácidos grasos es similar al que tienen los aceites vegetales”.
Pocos exigentes en sustrato, operaciones y método de conversión en biodiésel
La misma investigadora añade que los aceites microbianos “son capaces de acumular lípidos en poco tiempo (3-10 días), crecer en diferentes sustratos de bajo costo como residuos o subproductos agroindustriales, requieren menor número de operaciones y son fáciles de escalar”. Aclara también que “como se pueden multiplicar en biorreactores convencionales, no requieren tierras fértiles para su cultivo y no compiten con los alimentos.”
Por último, Viñarta afirma que “la investigación ahora está enfocada a optimizar y escalar la producción de los aceites, así como a la realización de estudios bioquímicos y moleculares para el mejoramiento genético de las cepas y otras líneas de acción”.