“Los ganaderos deberían aprovechar las oportunidades para reducir las emisiones de metano del ganado impulsando la producción de energía renovable e invirtiendo en digestores anaeróbicos para la producción de biogás a partir de residuos como el estiércol”.
Así de claro se expresa la estrategia “de la granja a la mesa”, presentada ayer por la CE junto a la de biodiversidad, porque entiende que “las dos se refuerzan mutuamente, ya que aúnan la naturaleza, los agricultores, las empresas y los consumidores en pro de un futuro sostenible y competitivo”. En concreto, consideran que la primera “facilitará la transición a un sistema alimentario sostenible de la Unión Europea (UE) que proteja la seguridad alimentaria y garantice el acceso a dietas sanas con origen en un planeta sano”.
La mención al biogás se realiza precisamente dentro del apartado que habla de garantizar una producción sostenible de alimentos. Se menciona de partida que “la bioeconomía circular sigue siendo un potencial en gran medida sin explotar para los agricultores y sus cooperativas”, y a partir de aquí cita al biogás como un ejemplo de ese potencial.
Biogás de estiércol, pero también de residuos agroalimentarios y domésticos
No solo se habla de producir biogás con estiércol, sino de impulsarlo dentro de las propias granjas con otras fuentes de residuos procedentes de la industria agroalimentaria, de la depuración de aguas y de las basuras domésticas. Citan además a las biorrefinerías avanzadas que producen biofertilizantes, proteínas alimentarias, bioenergía y bioquímicos, como una oportunidad para la transición a una economía europea climáticamente neutra y creadora de nuevos empleos en la producción primaria.
Por último, se expone que “las granjas y los graneros son lugares idóneos para colocar paneles solares, por lo que debe priorizarse en los futuros planes estratégicos de la nueva Política Agrícola Común”. Y añaden que “la Comisión tomará medidas para acelerar la adopción de estas y otras soluciones de eficiencia energética en los sectores de la agricultura y la alimentación, siempre que se realicen de manera sostenible y sin comprometer la seguridad alimentaria y la biodiversidad, y acorde con los programas e iniciativas de energía limpia”.
Sin embargo, una de las primeras reacciones a esta estrategia echa en falta parte de esta energía limpia. Se trata de los productores de etanol europeos. La asociación europea de este sector, ePure, considera que la producción de este biocarburante “es vital para los objetivos agrícolas y climáticos de la UE”. Entienden que debería estar más presente en ambas directivas al considerarla una “fuente de energía renovable sostenible, que preserva la biodiversidad de Europa y protege su seguridad alimentaria”.
La estrategia de biodiversidad pone peros a la biomasa forestal y a la de cultivos alimentarios
La otra estrategia, la de biodiversidad, promueve la bioenergía sostenible y pone algunos límites al desarrollo de determinados tipos de biocombustibles, sólidos y líquidos. Dentro de un apartado denominado “soluciones con beneficio mutuo en la generación de energía”, recuerda, de entrada, que la bioenergía sostenible es una de las prioridades de la UE junto a las energías marinas, la eólica marina y huertos solares que proporcionan una cubierta de suelo amigable con la biodiversidad.
Se muestra a favor del cambio a biocarburantes avanzados basados en residuos, en especial los no reutilizables ni reciclables, y quiere extender este enfoque a todas las formas de bioenergía. Puntualiza que “el uso de árboles enteros y cultivos de alimentos para la producción de energía, ya sea en la UE o importado, debe minimizarse”.
Desde la Sociedad Española de Ornitología (SEO/BirdLife), aseguran que “reconocer que la quema de muchas formas de biomasa es perjudicial es un primer paso”. Pero entienden que “para llegar a hacer algo al respecto se necesita una revisión transformadora del marco regulatorio de la bioenergía”. “La Comisión está por fin aceptando lo que miles de científicos han estado diciendo durante años”, apostillan.
El sector de la biomasa considera que España cumple ya con la estrategia
Según Margarita de Gregorio, directora de las secciones de Biomasa y Geotermia de la Asociación de Empresas de Energías Renovables (APPA), “en España el sector de la biomasa ya trabaja con biocombustibles avanzados basados en residuos no reutilizables ni reciclables y prevemos que esta tendencia va en aumento como consecuencia de los avances en materia de economía circular”.
En cuanto a los cultivos energéticos, añade que “en España no se utilizan cultivos alimentarios para generación de energía eléctrica o térmica, sino los restos de las cosechas y de las podas de los mismos, lo cual impide su abandono y quema, fomentando la circularidad del proceso productivo”. No obstante, considera que “debería avanzarse en cultivos para biomasa, pues contamos con capacidad biotecnológica nacional para poder hacerlo y con tierras abandonadas que serían propicias para ello”.
Por último, la estrategia de biodiversidad recuerda que en 2021 se revisará el acto delegado de la CE que pone fecha para la eliminación gradual hasta 2030 de los biocarburantes con alto riesgo indirecto de cambio en el uso del suelo, como el aceite de palma. “El objetivo general es garantizar que el marco regulatorio de la UE sobre bioenergía esté en línea con la mayor ambición establecida en el Pacto Verde Europeo.
A partir de la publicación de las dos estrategias, la CE invita ahora al Parlamento Europeo y al Consejo a aprobarlas, incluidos los compromisos que conllevan. Además, anuncian que "todos los ciudadanos y las partes interesadas están invitados a participar en un amplio debate público" en torno a ellas.