El nuevo proyecto, titulado Integración de procesos para la obtención de energía, combustibles líquidos, y productos de valor añadido a partir de la poda del olivar. Una aproximación hacia la biorrefinería, está subvencionado por el Ministerio de Ciencia e Innovación y se realiza en colaboración con el CIEMAT. Precisamente, con este organismo ya trabajó el equipo de la Universidad de Jaén en un proyecto sobre la obtención de etanol a partir del mismo residuo.
Del depósito del coche a la flora intestinal de los humanos
La idea principal del actual estudio consiste en utilizar la poda de olivo como materia prima para la obtención de una amplia gama de productos, tomando como eje fundamental la producción de bioetanol y aprovechando las corrientes laterales del proceso para obtener otros compuestos de alto interés, como antioxidantes de origen natural y oligosacáridos, que pueden utilizarse en la formulación de alimentos funcionales o prebióticos (compuestos que estimulan la flora intestinal y mejoran la salud).
Pero hay más, ya que se aprovechará el residuo sólido final resultante, con un alto contenido en lignina, en dos direcciones. Por un lado, se va a utilizar como combustible; y por otro, como fertilizante orgánico. Todo ello da sentido al concepto de biorrefinería, que según el equipo de la Universidad de Jaén “se refiere a una instalación que es capaz de obtener diferentes tipos de productos a partir de una materia prima, en este caso la poda del olivo, y que equivale a las actuales refinerías petrolíferas”.
Gracias a esta investigación, el equipo está colaborando con otros grupos importantes de dentro y fuera de nuestras fronteras, en concreto con investigadores de Brasil, EEUU, Portugal, Cuba o México.