Estas ayudas han contribuido con hasta un 25% de los costes elegibles la instalación de nuevas calderas de biomasa (pellet, astillas, etc) así como de generadores de aire caliente de más de 70 kW –utilizados en invernaderos, comercios, panaderías, etc–.
Han sido 104 las instalaciones beneficiarias, un 97% de ellas calderas de biomasa y un 3% generadores de aire caliente. Las instalaciones han sido diversas en tamaño y tipo, pero en conjunto aportan una nueva potencia instalada de generación renovable de 8,2 MW, que sustituye directamente el uso de fuentes fósiles en una cantidad equivalente al consumo anual de gasóleo para calefacción de 350 viviendas.
“La biomasa es un recurso renovable abundante en Euskadi. Se trata de materia orgánica como la madera, los pellet, astillas y residuos forestales, entre otras materias- y existe un amplio margen para aumentar su utilización para calefacción y el calentamiento de agua”, explica el Ente Vasco de la Energía (EVE) en un comunicado.
El objetivo de estas ayudas es ampliar el número de instalaciones de tamaño medio y grande existentes, así como la creación de redes de distribución que permitan optimizar el consumo energético y maximizar el número de usuarios.
“En definitiva, la estrategia del Gobierno Vasco en materia de biomasa pretende aumentar los niveles de uso de esta energía renovable en Euskadi para igualarlos a los del norte de Europa, donde la biomasa cubre un amplio porcentaje de las necesidades energéticas”.