Si nos guiamos por los números que aportó hace un año Unión por la Biomasa en la presentación del Balance socioeconómico de las biomasas en España 2017-2020, elaborado por Analistas Financieros Internacionales, serían más correctas las cifras de la Agencia Internacional de Energías Renovables (Irena) con respecto a nuestro país. En aquella presentación se expuso que en 2017 había 518 MW de biomasa eléctrica, 224 de biogás y 294 procedentes de la incineración de la fracción orgánica de residuos municipales.
Según los datos recientemente publicados por Bioenergy Europe en el informe referido a la bioelectricidad, en 2017 España contaba con 677 megavatios de biomasa sólida, 225 de biogás y 242 de residuos orgánicos municipales. Es decir, el baile son, más o menos, 150 megavatios del primer parque generador, posiblemente achacables en parte a plantas por concluir su construcción, como las de Ence en Huelva (46 MW) y Greenalia en Curtis-Teixeiro (50 MW).
No obstante, donde la diferencia se dispara es entre las cifras sobre la UE que ofrecen Bioenergy Europe e Irena, ya que son 40.624 megavatios de potencia instalada en el primer caso y 36.643 en el segundo. Además, Irena contabiliza los de todo el continente europeo, con lo que habría que quitar al menos 500 megavatios que suman países como Noruega, Suiza, Ucrania o Bielorrusia.
La producción de electricidad con biomasa aumentó un 2,2 por ciento en la UE
Estas diferencias marcan dos documentos publicados con poca diferencia de tiempo. El de Irena, que ofrece cifras hasta 2018, se edita anualmente y el de Bioenergy Europe (cifras hasta 2017) es la primera vez, anunciando que su informe estadístico global sobre el sector que sacaba anualmente lo va a parcelar en siete: electricidad, suministro de biomasa, transporte, biogás, energía térmica, pélets y “paisaje bioenergético”.
Otros datos que ofrece el informe de Bioenergy Europe es el crecimiento entre 2016 y 2017 del 2,2 por ciento en la generación de electricidad con biomasa en la UE, medida en 15.929 kilotoneladas equivalentes de petróleo (ktep). España ocupa el noveno puesto, con 523 ktep, con un crecimiento por encima de la media (6,8 por ciento). Hay cinco países de la UE28 (Alemania, Reino Unido, Italia, Finlandia y Suecia) que copan el 68 por ciento de la generación.
Bioenergía eléctrica indispensable para integrar al resto de renovables
Pero más allá de las numerosas tablas y gráficas que miden la evolución y asentamiento de la biomasa eléctrica en la UE, Bioenergy Europe aprovecha para volver a poner en valor esta fuente de energía frente a otras renovables, por su carácter flexible y constante en la producción. Consideran que este tipo de plantas “serán cada vez más importantes en los próximos años para brindar estabilidad a las redes eléctricas y facilitar el despliegue rápido de otras fuentes renovables variables“.
También recuerdan, que, al contrario que ocurre con los combustibles fósiles (26 por ciento), la producción de bioelectricidad procede principalmente de plantas de cogeneración (sesenta por ciento). Dinamarca, Letonia y Lituania son países que llegan al cien por cien producido en centrales de cogeneración.
El informe se centra exclusivamente en la producción (no se ofrecen datos ni valoraciones sobre sostenibilidad ni reducción de emisiones) y destaca a favor de la bioenergía eléctrica su ratio de capacidad instalada/producción real, que es del 52 por ciento, más del doble del promedio de las energías renovables.
115.700 megavatios eléctricos mundiales de biomasa
En cuanto a la estadística de capacidad renovable mundial para la generación de electricidad que publica anualmente Irena, se constata el ascenso paulatino en el campo de la bioenergía. En concreto, pasó de los 109.994 megavatios de 2017 a los 115.731 de 2018. A partir de aquí restan casi las mismas lecturas que otros años, es Asia con 3.400 megavatios, y especialmente China (2.000) e India (800) quienes siguen comandando el crecimiento.
Otros aumentos notables los protagonizan el Reino Unido (de 5.508 megavatios a 6.418), Países Bajos (de 798 a 1.093) y Brasil (de 14.559 a 14.782). En cuanto al reparto en biocombustibles sólidos, gaseosos y líquidos, ganan la partida de largo los primeros, con 95.687 megavatios, de los cuales Irena solo desglosa los correspondientes al bagazo (18.533) y los residuos municipales (12.624). El biogás está en 17.692 y los biocombustibles líquidos en 2.352, casi todos en la UE (1.817).