En pocos días Global Bioenergies se ha convertido en la compañía tecnológica de referencia para obtener biocarburantes de segunda y tercera generación. Ya había dado pasos importantes en este sentido con anterioridad, por ejemplo en el campo de los combustibles sintéticos renovables, pero su participación en cinco proyectos subvencionados por la CE, Rewofuel incluido, la sitúan a la cabeza en la biotecnología con fines energéticos.
Rewofuel es el más importante, y parte con un presupuesto total de 19,7 millones de euros, 13,9 procedentes de la CE “a través de subvenciones no reembolsables”, señalan desde Global Bioenergies, que recibirá 5,7 de esos millones. El acuerdo de subvención se firmó con la Agencia Europea de Innovación y Redes dentro del programa Horizonte 2020.
Según la misma compañía tecnológica, “el objetivo es convertir residuos de bosques de coníferas, actualmente infravalorados, en isobuteno renovable de segunda generación, y luego en gasolina y queroseno”. Para llevarlo a cabo ha reunido a once socios industriales de diferentes campos que se repartirán el trabajo a lo largo de la cadena de valor.
Repsol evaluará las aplicaciones de la gasolina obtenida
Entre ellos está la española Repsol, que se encargará de evaluar las aplicaciones de la gasolina obtenida; a la par que la holandesa SkyNRG hará lo propio con el queroseno para aviación. La estonia Graanul Invest se centrará en el suministro y procesamiento de residuos de madera blanda; la sueca Sekab en la conversión de residuos en hidrolizados; y la finlandensa Neste en la conversión de bioisobuteno a combustibles, entre otras empresas y cometidos.
Global Bioenergies, además de la coordinación, trabajará en la conversión fermentativa de hidrolizados a bioisobuteno. Con esta labor en común, considera que “se sientan las bases para un nuevo tipo de biorrefinería”. También añade que “con una cantidad de residuos forestales estimada en unos 145 millones de toneladas por año, la UE tiene el potencial para desplegar cientos de biorrefinerías”.
Estado avanzado de desarrollo
Jonas Markusson, director de Innovación de Sekab, asegura que “todas las fases del proceso están en una etapa avanzada de desarrollo y corresponden a innovaciones de ruptura, desde la extracción de azúcares de la madera hasta su conversión a bio-isobuteno y luego a gasolina y queroseno, o la producción de productos químicos con base de lignina".
Marita Niemelä, directora técnica de Neste Engineering Solutions, afirma que esperan “adaptar nuestras tecnologías NExEthers y NExOctane de próxima generación al bioisobuteno derivado de la madera para producir combustibles cien por cien renovables”. Y Adriana Orejas, directora de Proyectos de Tecnología Downstream en Repsol, dice que “los biocombustibles que promovemos utilizan materias primas no alimentarias, tienen un alto contenido innovador y una menor intensidad de carbono”.
Cinco proyectos en total de Global Bioenergies con biocarburantes de segunda y tercera generación
Global Bioenergies dio a conocer los pormenores de Rewofuel justo un día antes de informar sobre su participación en tres nuevos proyectos en direcciones similares. Recordaba además que en total son cinco subvencionados por la CE en los que está involucrado, ya que, como en Rewofuel, existe otro, Optisochem, que se centra en el uso de paja de trigo y madera blanda para producir derivados de isobuteno.
Uno de esos tres nuevos es SweetWoods, liderado precisamente por la empresa estonia Granuul Invest. Según la compañía francesa “tiene como objetivo la demostración industrial del uso de la madera dura en los procesos de fermentación para utilizar mejor el conjunto de la producción y minimizar los flujos de carbono de bajo valor”.
Los otros dos están vinculados con la tercera generación. Uno está liderado por la belga Vito, y se centra en la producción de compuestos químicos, particularmente isobuteno, a partir del CO2 industrial. El otro lo coordina el Instituto Max Planck alemán y afirman que “forma parte de un campo científico emergente: la electrobiología”. El objetivo es utilizar electricidad renovable como fuente de energía para la producción de combustibles líquidos y materiales a partir de CO2.