“La principal novedad de este proyecto ha residido en el estudio de nuevas combinaciones de estrategias de operación que permiten maximizar la producción de biogás a partir de la paja del arroz y que hacen posible desarrollar una tecnología que se caracterice por su simplicidad y su facilidad de operación”.
Así presentaba Gracia Silvestre, investigadora y responsable de proyectos del Departamento de Medio Ambiente, Bioenergía e Higiene Industrial de Ainia, las líneas básicas de la nueva iniciativa, para concretar que “se ha trabajado especialmente en la digestión anaerobia en dos etapas: la digestión húmeda y la adaptación de la biomasa generada”.
Pre-tratamiento de la paja y diseño del digestor, indispensables
El responsables de ese mismo departamento, Andrés Pascual, corrobora la importancia del pre-tratamiento de la paja de arroz: “se ha demostrado que con un buen picado de la paja, ajustando las cantidades y las innovaciones tecnológicas, como el diseño del digestor, y la codigestión con otros residuos orgánicos del entorno, se convierte en un sustrato muy interesante y rentable”.
Pascual afirma que “la tecnología está bastante próxima para ser implantada a escala comercial”. Experiencia no falta, ya que a través de un proyecto LIFE, Sostrice, ya se construyó una planta piloto en Silla, en las cercanías del Parque Natural de la Albufera de Valencia.
En el mismo entorno está prevista que llegue una planta de calado más industrial, “gracias al interés que han mostrado varias empresas”, recalca el investigador de Ainia, quien también recuerda la importancia del otro producto derivado de este proceso: un fertilizante apto para ser utilizado en cultivos cercanos.
Mejor biogás que la quema o el enterramiento
Por su parte, desde el centro se insiste en la necesidad de dar salida dentro de la economía circular a un residuo que ahora no recibe el mejor tratamiento. “La paja de arroz se gestiona mediante quema directa en campos o su enterramiento en el mismo suelo. Ambos métodos de gestión se caracterizan por contribuir negativamente al cambio climático, generando elevadas emisiones de gases de efecto invernadero”, afirma Gracia Silvestre.
Desde 2009 se investiga en darle la mejor salida posible a este residuo agrícola. Entonces, la Asociación Valenciana de Agricultores (AVA-Asaja) y la Comunidad Valenciana propusieron el desarrollo y construcción tanto de plantas de biogás como de biomasa para aprovechar la paja de arroz.
El Ivace apoya ahora a Ainia en este proyecto en el marco de la convocatoria a centros tecnológicos de la Comunidad Valenciana para potenciar la actividad y capacidad para desarrollar la excelencia en materia de I+D.