Boeing, el segundo mayor fabricante de aeronaves comerciales del mundo detrás de Airbus, se ha asociado con la NASA y la aerolínea estadounidense United Airlines para realizar pruebas en vuelo para medir cómo el combustible de aviación sostenible (SAF) afecta las estelas de vapor y las emisiones no relacionadas con el carbono, además de reducir el impacto climático del ciclo de vida del combustible. El segundo ecoDemonstrator Explorer de Boeing, un 737-10 destinado a United Airlines, volará sólo con SAF y combustible para aviones convencional en tanques separados y combustibles alternativos durante las pruebas, según publica la revista SAF. El Laboratorio de Ciencias Aerotransportadas DC-8 de la NASA volará detrás del avión comercial y medirá las emisiones producidas por cada tipo de combustible. Los satélites de la NASA capturarán imágenes de la formación de estelas como parte de las pruebas.
Los investigadores pretenden comprender cómo los combustibles avanzados, los diseños de cámaras de combustión de los motores y otras tecnologías pueden reducir el calentamiento atmosférico. Por ejemplo, las pruebas evaluarán cómo el SAF afecta las características de las estelas de condensación persistentes que se producen cuando los aviones vuelan a través de aire frío y húmedo. Si bien aún no se comprende todo su impacto, algunas investigaciones han sugerido que ciertas estelas de vapor pueden atrapar calor en la atmósfera.
Este proyecto es la última fase de una asociación de varios años entre Boeing y la NASA para analizar cómo SAF puede reducir las emisiones y permitir otros beneficios ambientales. En comparación con el combustible para aviones convencional, el SAF, elaborado a partir de una variedad de materias primas producidas de manera sostenible, puede reducir las emisiones hasta en un 85 % durante el ciclo de vida del combustible y ofrece el mayor potencial para reducir el CO2 de la aviación en los próximos 30 años.