“En términos de contaminación local, el uso de gas natural en lugar de combustibles tradicionales como el carbón, el diésel o la biomasa, reduce drásticamente las emisiones de NOx y SOx y elimina completamente las emisiones de partículas sólidas”. Mensajes como este, extraído de una nota de prensa de Gas Natural Fenosa, han permitido que “el gas se consolide en ayuntamientos de ciudades grandes y pequeñas”, denuncian desde Bioplat.
Durante la última asamblea de la plataforma celebrada la pasada semana en Madrid, se apostó por “seguir avanzando y defendiendo que la biomasa térmica también puede conseguir altas reducciones de contaminantes a la atmósfera y que seguirá disminuyéndolas”. Según su coordinadora, Margarita de Gregorio, existen dos retos a los que enfrentarse: “la ley de cambio climático y transición energética y una actualización profunda del CTE a partir de la trasposición de la directiva de Eficiencia Energética en los Edificios”.
Un código técnico que debe apostar por renovables térmicas en la edificación
Para De Gregorio, “la ley de cambio climático ofrece una gran oportunidad para que se produzca una transición energética en la parte térmica, entre otras cosas porque hay que abordar las emisiones difusas, donde la mitad viene de la edificación y en ella se mantiene un 80 por ciento de energía de origen fósil”.
Desde Bioplat también confían en la revisión profunda del CTE para que las renovables, biomasa incluida, se conviertan en pilares de la misma. La coordinadora de la plataforma afirma que así lo expresó Luis Vega, de la Subdirección General de Arquitectura y Edificación del Ministerio de Fomento, en la cita mencionada de la pasada semana.
Sin embargo, Margarita de Gregorio no oculta que la presión del sector del gas es mucho mayor, vendiéndose, aún siendo un combustible fósil, como “el más limpio en las ciudades, intentando expulsar a la biomasa porque afirman que contamina más”.
La industria tiene que avanzar aún más en reducir contaminantes
El sector, representado en la asamblea entre otros por la Asociación Española de Fabricantes de Estufas, Chimeneas y Cocinas (Aefecc), es consciente de que debe apostar aún más por reducir la emisión de contaminantes, de ahí que incidiera en el compromiso de cumplir con los nuevos reglamentos europeos de ecoetiquetado y ecodiseño que afecta a los equipos térmicos de biomasa.
“O los cumple a fondo o la industria se queda fuera de esta transición, y no tanto por la presión que pueda venir de los reguladores, sino por la parte del gas”, apostilla De Gregorio. En ese paso adelante que debe dar la industria, se subrayó el nuevo sello más exigente que ha incorporado Aefecc y que “identifica a los equipos que se adelantan a la futura normativa europea y que trabajan por acercarse a las cero emisiones”.