Así, demostraron que la caña de azúcar transgénica produce seis veces más lípidos esenciales para elaborar biodiésel que una sin modificar.
Sobre todo en Brasil, el aprovechamiento energético de la caña de azúcar, incluso a partir de variedades trangénicas, lleva años demostrando su triple vertiente: producir electricidad, etanol y biodiésel. Ahora, se ha dado un paso más para obtener un mayor rendimiento energético en la obtención de ambos biocarburantes.
En el artículo publicado este mes en la revista científica Biocatalysis and Agricultural Biotechnology concretan que se han caracterizado y procesado dos líneas de caña de azúcar transgénicas y otra no modificada genéticamente. “Las concentraciones totales de lípidos fueron del 0,7, 0,9 y 1,3 por ciento respectivamente para las líneas no transformadas de caña de azúcar y para las transgénicas denominadas 19B y 25C”, concluyen en el resumen del artículo.
Coproducción de lípidos y azúcares para elaborar biodiésel y etanol
Aparte de esta doble concentración de lípidos detectada en las variedades transgénicas, los investigadores aseguran que “el análisis de la composición mostró que alrededor del 31-33 por ciento de los lípidos totales fueron triglicéridos (principal materia prima para la producción de biodiésel) para las muestras transgénicas, mientras que este valor fue de sólo de un cinco por ciento para la caña no transformada”.
Para los autores, la conclusión final es que “el estudio demostró el concepto de coproducción de lípidos y azúcares a partir de caña de azúcar transgénica, que tienen el potencial de sustituir a gran escala a los combustibles derivados de fuentes fósiles y sin demandas poco realistas de tierra”.