En 2013 la biomasa y el biogás eléctricos generaron un total de 40.557 empleos, casi la mitad (en torno al 45%) de los puestos de trabajo asociados al sector de las energías renovables, que sumó 93.415. Si se tiene en cuenta que la bioenergía eléctrica solo aporta 874 de los 32.612 MW renovables instalados en España, la diferencia en la capacidad de generación de empleo con otras tecnologías resulta abismal. Por ejemplo, la eólica empleó en 2013 a 17.850 personas con 22.781 MW instalados y la fotovoltaica a 10.767 con 4.640 MW. Entre los empleos de la biomasa eléctrica, 21.911 fueron directos (54%) y 18.646 indirectos (46%), la mayoría en áreas rurales y vinculados a los sectores agrícola, forestal y ganadero.
Según el Estudio del impacto macroeconómico de las energías renovables en España 2013 de la Asociación de Empresas de Energías Renovables (APPA), estas cifras de empleo se deben precisamente a la necesidad de abastecimiento de combustible, que no es preciso para la eólica y la solar. “Esta particularidad propia del sector de la biomasa genera impactos positivos muy significativos sobre la actividad económica y el empleo especialmente en el medio rural –advierten en el informe–, que se traducen en dinamismo socioeconómico con capacidad de fijar población, objetivos ambos anhelados por diversas políticas públicas, a cuya consecución podría contribuir en mayor medida el sector de la biomasa si se apostara decididamente por su desarrollo en España”.
Aumenta la contribución al PIB
El estudio también refleja que, a pesar del número de empleos totales, la biomasa eléctrica tuvo un descenso en este campo del 1,34% en 2013 con respecto al año anterior, “motivado por la disminución en el ritmo de instalaciones de nuevas plantas derivada de la política llevada a cabo por el Gobierno”, apuntan desde APPA. No queda clara la aportación al empleo de la biomasa térmica, que suma solo 2.736 (1.770 directos y 966 indirectos), ya que aquí hay también un componente importante de movilización del biocombustible y, según cálculos del Observatorio Nacional de las Calderas de Biomasa, la potencia instalada podría superar los 4.000 MW.
Lo que si constata el estudio es el crecimiento de la biomasa térmica en empleos (5% mayor con respecto a 2012), debido principalmente al incremento de la contribución del sector al PIB (72,8 millones de euros) en 2013, que fue del 3,6%, “parámetro fundamentalmente asociado a la instalación y mantenimiento de equipos de biomasa para generación térmica”, explican desde APPA. También creció la aportación al PIB (1.395 millones de euros) de la biomasa y el biogás eléctricos, que fue superior a un 5% con respecto a 2012. De esta cifra, 888 millones de euros corresponden al impacto directo y los restantes 507 millones de euros al inducido del sector, lo que supone más de un 36% de la cifra global debido a la importancia mencionada del suministro de biocombustibles.
Por último, APPA recuerda que “la capacidad instalada en plantas de valorización de biomasa sólida para generación eléctrica alcanzaba en 2013 los 639 MW, encontrándose a un 49% de cumplimiento del objetivo de 1.317 MW establecido en el anterior PER 2005-2010. Para el caso del biogás la capacidad instalada en España era de 235 MW en 2013, encontrándose más cercana al objetivo de 250 MW establecido en el anterior PER, aunque únicamente un 15% de estos proviene de instalaciones de biodigestión de biomasas agroganaderas”.