Aunque España no aparezca ni de lejos entre los países con mayor número de vehículos que en la actualidad emplean gas como combustible, y por lo tanto son susceptibles de emplear biometano, Irena le otorga un importante potencial. Solo suma los residuos orgánicos procedentes de la basura doméstica y la ganadería, pero le otorga un potencial de 81,3 petajulios (81,3 billones de julios), cerca de los 82,1 de Brasil y los 87,2 de Rusia.
Es una de las lecturas que se extraen del informe Biogás para vehículos de carretera que acaba de publicar Irena. Para Dolf Gielen, director del Centro de Innovación y Tecnología de la agencia, “en la búsqueda de un transporte sostenible, el biogás representa una gran oportunidad para que los países aborden el cambio climático aprovechando los beneficios económicos locales en el medio rural y abordando desafíos ambientales como la gestión de residuos".
Europa acapara la producción actual
El informe destaca el estado del proceso y la tecnología y proporciona información de referencia para “responsables políticos que quieran incluirlo en sus planes de transporte sostenible”. Constatan el creciente uso de biogás en el transporte por carretera y cita entre los principales productores en 2016 a Alemania, Suecia, Suiza, Reino Unido y Estados Unidos.
Con los datos de Irena en la mano (la mayoría proceden de 2013), la gran mayoría de las plantas que convierten biogás en biometano para destinarlo a los vehículos están en Europa. Afirman que a nivel mundial se estiman quinientas plantas, y en Europa, según otro informe de la Asociación Europea del Biogás, existen 459 (datos de 2015).
Más reducción de emisiones con el estiércol que con el maíz
La producción de las quinientas plantas, según Irena, es de unos cincuenta petajulios al año, lo que equivale a unos 1.300 millones de litros de gasóleo. De nuevo con datos de 2013, la mayor producción de biometano la acaparan países europeos, con Alemania muy por delante, seguida de Países Bajos y Suecia. Este último es el que destina un mayor porcentaje de la producción al transporte.
El informe analiza tanto los principales residuos destinados a la producción de biogás como las tecnologías más utilizadas en la conversión a biometano y el modo de suministro a los vehículos. Deger Saygin, director de Irena, reconoce que el coste de la producción de biometano es uno de los grandes desafíos del sector: “es lo que frena su crecimiento, depende de la materia prima utilizada y del proceso para producirla y mejorarla, y para que sea competitivo su precio debe bajar".
También destaca Saygin que "el biogás produce entre un sesenta y un ochenta por ciento menos emisiones de gases de efecto invernadero que la gasolina convencional”. En este sentido, el biometano procedente del estiércol del ganado sería el que más reducciones aportaría (el ochenta por ciento), el de residuos domésticos estaría en el medio (un setenta) y el que menos el de cultivo de maíz (un sesenta).