“Las modificaciones técnicas del proyecto incluyen la adaptación de la caldera de lecho fluido circulante, que podrá funcionar con el cien por cien de biomasa forestal. Adicionalmente, los cambios permitirían el consumo de una cantidad limitada (un máximo del 25 por ciento) de combustible sólido recuperado (CSR), porcentaje que puede verse muy reducido por la legislación eléctrica, dejándolo en niveles sensiblemente más bajos”.
La nota de prensa de Hunosa, quien gestiona la central de La Pereda propiedad de la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI), dedicaba a partir de esta presentación una buena parte a justificar el cambio de una central cien por cien de biomasa a la posibilidad de que entre un combustible que no es “bio”. El CSR contiene plásticos, textiles y papel y madera impregnados de sustancias inorgánicas.
Dicha nota apareció el mismo día que el Boletín Oficial del Principado de Asturias publicaba el inicio del período de información pública sobre esta transformación, que concluye este viernes. “Tanto la legislación medioambiental como las exigencias de Hunosa garantizarán que el CSR que en su caso pudiera ser utilizado se verá sometido a los controles más rigurosos”, asegura la empresa.
Los ecologistas no se fían de los CSR
Desde la Coordinadora Ecoloxita d’Asturies contestaron enseguida que no se fían: “el CSR que nos venden como algo inocuo no es más que los residuos clasificados, secados, pero mezclados, con lo cual su combustión es tan peligrosa como lo eran antes todos separados, de hecho se le llama la puerta de atrás de la incineración”.
“Numerosos estudios de seguimiento que se han hecho sobre la combustión de residuos en diferentes instalaciones (térmicas, cementeras, cerámica, incineradoras, etc.) demuestran que no son inocuos, generan graves contaminantes durante la combustión y la poscombustión y vinculan las emisiones de dioxinas y furanos a cáncer y enfermedades respiratorias”, añaden los ecologistas.
Hunosa insiste en que “el CSR se compone de una mezcla de residuos de carácter no peligroso, lo que garantiza que no se emitan sustancias perjudiciales para la salud”. También afirma que “las modificaciones en la central destinan una parte muy relevante de la inversión a la reforma de los sistemas de eliminación de sustancias que pudieran ser nocivas para el medio ambiente y, por supuesto, las personas”.
Hasta ahora solo se habló de biomasa forestal
Con esta nueva transformación, Hunosa cambia su línea de sustitución de carbón por biomasa al cien por cien, sin añadidos de combustibles no orgánicos, que había mantenido al menos desde 2011, cuando presentó y desarrolló posteriormente el proyecto Pelet-In para la combustión de un pélet de madera industrial en La Pereda.
Todavía en enero de este mismo año, Hunosa anunció que el Consejo de Administración de empresa había aprobado el Plan de Transformación de la Central Térmica de La Pereda, que conlleva el abandono del carbón como principal combustible y su sustitución por biomasa forestal. En ningún caso citaba entonces en la nota de prensa el CSR.