El Barómetro de biomasa sólida que acaba de publicar EurObserv’ER referido a 2010 confirma la tendencia al incremento del uso de la biomasa para fines energéticos, tanto térmicos como eléctricos, en la Unión Europea. Aunque en porcentaje la subida mayor en este siglo tuvo lugar en 2003, cuando se consiguió un 9,8% con respecto a 2002 (de 53,2 a 58,4 Mtep), el 8% de aumento en 2010 se basa en un incremento absoluto mayor, al pasar de 73,4 Mtep en 2009 a 79,3 Mtep en el pasado año de producción de energía primaria con biomasa sólida.
Los otros dos parámetros principales medidos por el informe de EurObserv’ER también aportan crecimientos notables. En consumo de calor se pasó de 60 a 66 Mtep y en electricidad producida de 62 a 67 TWh, lo que representa incrementos del 10,1% y del 8,3%, respectivamente. El observatorio europeo de las energías renovables explica estos incrementos, especialmente los referidos a los usos térmicos, por el invierno largo y extremadamente frío de 2009-2010, que sirvió para confirmar que los operadores estaban suficientemente capacitados para cubrir el aumento de la demanda en un contexto de crisis económica y de futuro incierto. El documento confirma que la mejora en la producción y suministro de biocombustibles, la mayor implantación de calderas y redes de calor y la innovación tecnológica han demostrado que la biomasa está en condiciones de competir y superar la oferta de gas y carbón.
Nadie amenaza la hegemonía de Alemania
Por países, Alemania sigue en lo más alto del podio de la biomasa de la UE. Ocupa el primer puesto en producción de energía primaria, con 12,2 Mtep (más del 15% del total de los 27) y en producción de electricidad, con 10,7 TWh (también más del 15% del total de países de la UE), el quinto en producción de calor, con 0,4 Mtep, y el segundo en consumo de calor, 8,6 Mtep. Finlandia y Francia se reparten el segundo escalafón, al cual se asoman principalmente los países del norte de Europa: Suecia, Dinamarca y Polonia. Por último, España mantiene la quinta posición de 2009 en energía primaria, la sexta en consumo de calor y sube un puesto en producción de electricidad, aunque sigue muy alejada, con 2,4 TWh, de Alemania, Finlandia (9,4 TWh) y Suecia (9,3 TWh).
Una de las desventajas de España con respecto a estos y otros países, es el nulo desarrollo de la co-combustión con carbón, algo que resalta el presente estudio de EurObserv’ER, donde se dice que el uso de pellets de madera en centrales de carbón es muy común en Dinamarca, Reino Unido, Holanda y Bélgica. A pesar del incremento de la producción en Europa, el informe destaca que gran parte de esta materia prima procede de Estados Unidos, Canadá y Rusia. No obstante, se afirma también que los pellets siguen aportando una pequeña parte de los biocombustibles sólidos, ya que casi dos terceras partes proceden de explotaciones silvícolas y madereras, directas o residuales, y en menor medida de licores negros y residuos agrícolas.
Como conclusión, desde EurObserv’ER se espera que la estabilidad del precio de los biocombustibles frente a la subida continua de los combustibles fósiles, la obligación de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero, la mayor solidez de los proyectos bioenergéticos y el aumento de la confianza de administraciones y empresas mantenga el incremento de la biomasa en sus diferentes facetas durante los próximos años.
Más información:
www.eurobserv-er.org