El tipo impositivo del IVA aplicado a los combustibles de biomasa, como los pellets, la leña y las briquetas, pasa a incrementarse del 10% al 21% desde el 1 de julio, lo que incrementará directamente el precio final de los productos de biomasa. "Para muchos hogares que dependen de estos combustibles en su calefacción y en otras necesidades energéticas, este cambio representa una carga financiera adicional considerable, a tener en cuenta en sus economías domésticas", lamenta Carlos Oliván, presidente de la Asociación Española de Fabricantes de Estufas y Chimeneas de biomasa (Aefecc). En un contexto donde el coste de la vida ya es una preocupación creciente, este incremento -añaden en el comunicado emitido- puede resultar especialmente oneroso para las familias de bajos ingresos y para las zonas rurales, donde la biomasa es una fuente de energía crucial.
Además, señalan que "esta medida desincentiva el uso de energías renovables. Pellets, leña u otros combustibles de biomasa son alternativas sostenibles a los combustibles fósiles, y su uso es fundamental para la transición hacia un modelo energético neutro en carbono. Mantener un IVA reducido era una señal de apoyo gubernamental a las energías renovables", comenta Oliván, a la vez que señala que "un IVA reducido para los biocombustibles haría a España más competitiva en el contexto europeo, evitando un agravio comparativo con países que ya aplican este tipo de medidas". En países como Francia, Portugal, Alemania y Reino Unido, se aplica un tipo reducido de IVA a los productos de biomasa, y en Italia, aunque de manera temporal, también se ha implementado esta medida. La falta de un IVA reducido en España -continúan- crea un agravio comparativo para el sector forestal español y para los consumidores, que ven cómo en otros países europeos se fomenta el uso de energías renovables de manera más efectiva.
Aefecc señala que la industria de la biomasa podría enfrentar una disminución en la demanda debido al aumento de precios. Además, el mantenimiento de un IVA reducido en la biomasa forestal es una medida que puede contribuir significativamente a la neutralidad de carbono. Al encarecer los productos de biomasa, se reduce el incentivo para que los hogares y las empresas adopten estas fuentes de energía sostenibles. Esto no solo afecta a la capacidad de España para cumplir con sus objetivos de reducción de emisiones, sino que también implica un mayor coste a largo plazo para las arcas públicas, al tener que buscar otras medidas compensatorias para fomentar la transición energética. En definitiva, si bien esta medida puede generar mayores ingresos fiscales a corto plazo, el impacto negativo en el fomento de energías renovables y en los costes para los consumidores finales debe ser cuidadosamente considerado.
Provisiones de leña
Desde la Asociación aconsejan adquirir la leña en verano para su consumo en invierno por motivos económicos y de calidad en estufas y chimeneas. "Estamos en los mejores meses para adquirir la leña que utilizamos en invierno. La mejor leña es la que está muy seca… pero este año se van a encontrar con una importante subida del IVA", lamenta Oliván. Ademñas,lLa utilización de la biomasa y especialmente la leña, supone un consumo ecológico, que impulsa el desarrollo en entornos rural y que no requiere procesos industriales de transformación, "consumes lo que recoges en el bosque, por poner un ejemplo", afirma Oliván. En Austria, por ejemplo, la chimenea de leña, cerrada y eficiente, es la principal fuente de calefacción en los hogares, con una cuota de más del 50%.