Una investigadora de la Universidad de Virginia Occidental está descubriendo qué facilita el crecimiento robusto de la hierba Miscanthus, un cultivo bioenergético crece bien en tierras mineras recuperadas de los Apalaches (este de Norteamérica) y tiene el potencial de producir combustible y capturar dióxido de carbono. Además de los beneficios subterráneos, el rápido crecimiento de Miscanthus produce grandes cantidades de biomasa con gases de efecto invernadero relativamente mínimos, que se liberan durante el cultivo, y los investigadores lo visualizan como una fuente de bioenergía renovable y con emisiones negativas de carbono.
Jennifer Kane, becaria postdoctoral en ciencias de las plantas y el suelo en la Facultad de Agricultura, Recursos Naturales y Diseño de Davis, está estudiando cómo los microbios, como bacterias y hongos, interactúan con las raíces de Miscanthus para estimular la productividad y sostenibilidad de la planta. Una investigación financiada con una subvención de 219.000 dólares del Instituto Nacional de Alimentación y Agricultura, y con la que Kane medirá las raíces, estudiará su química y actividad y conectará esos datos con lo que sucede en la superficie. La evaluación integral del sistema puede ayudar a los investigadores a comprender qué condiciones permiten que la planta prospere.