El próximo miércoles los eurodiputados fijarán su posición ante las negociaciones con los Estados miembros sobre las nuevas reglas sobre las infraestructuras para combustibles alternativos de la UE. Su objetivo es contar con cargadores eléctricos para coches cada 60 km en las carreteras principales de la UE para 2026, y con estaciones de repostaje de hidrógeno cada 100 km para 2028. Los eurodiputados insisten en que las estaciones de recarga deberán ser accesibles para todos los vehículos, sea cual sea su marca.
El mismo día, el Parlamento también se pronunciará sobre una propuesta legislativa sobre uso de combustibles renovables y bajos en carbono en el transporte marítimo. Los eurodiputados pretenden impulsar la utilización de combustibles sostenibles en el sector mediante la imposición de requisitos a los barcos con llegada a o salida desde puertos de la UE. El objetivo es reducir las emisiones de gases de efecto invernadero del sector marítimo el 2% para 2025, el 20% para 2035 y el 80% para 2050 (un recorte superior al propuesto por la Comisión, del 13% y del 75%, respectivamente, para 2035 y 2050).
Contexto
El transporte representó cerca de un cuarto de las emisiones totales de CO2 de la UE en 2019. De ellas, el 71.7% correspondieron al transporte por carretera y el 14% a la navegación, según la Agencia Europea de Medio Ambiente. Las nuevas reglas sobre las infraestructuras para combustibles alternativos y los combustibles marítimos forman parte del paquete “Objetivo 55 en 2030”, la estrategia de la UE para reducir las emisiones de gas de efecto invernadero al menos en un 55% para 2030 comparado con el nivel de 1990, en línea con la Ley del Clima.