El Monasterio de Piedra (Calatayud) ha obtenido recientemente el sello de cálculo de huella de carbono otorgado por el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, que certifica que se han realizado las mediciones pertinentes sobre el impacto medioambiental derivado de su actividad habitual, y que ha definido una serie de compromisos para su reducción. En 2018, se puso en marcha un paquete de medidas para reducir las emisiones que incluían, entre otras, la renovación de buena parte de las instalaciones para mejorar su eficiencia energética, la sustitución de la iluminación de tipo incandescente por iluminación LED de bajo consumo, o la renovación de los sistemas de climatización y refrigeración. Además, el Monasterio de Piedra cuenta con una pequeña central hidroeléctrica que le permite, de forma autónoma, producir más energía de la que consume, y con una central de biomasa alimentada íntegramente de astillas de madera gracias a la cual se proporciona calefacción y agua caliente a las dependencias del complejo. Las cenizas resultantes del proceso se aprovechan para generar el abono que nutre a 120 hectáreas de terreno dedicadas al cultivo de maíz, cereales y almendras, según informan en un comunicado.
En cuanto al cálculo de huella de carbono, se trata de un proceso que se realiza de forma completamente voluntaria y que tiene el objetivo último de alcanzar la neutralidad de emisiones de la organización en el año 2030. Consta de tres etapas: 1) calculo (fase alcanzada en 2021); 2) calculo y reduzco (etapa en proceso en la que, habiendo calculado la huella en años anteriores, se busca acreditar que se reducen las emisiones de acuerdo con un plan de reducción); y 3) calculo, reduzco y compenso (fase en la que se busca no solo reducir las emisiones, sino fijarlas mediante proyectos de absorción de CO2 a través de reforestaciones).
Adicionalmente, durante el próximo trienio, la Dirección del complejo contempla poner en marcha otra batería de iniciativas que incluyen la instalación de puntos de recarga para vehículos eléctricos, así como la renovación del parque móvil y de maquinaria antigua por modelos más modernos y eficientes del tipo híbrido y eléctrico. También se continuará con un proyecto de mejora de la central de biomasa ampliando sus conducciones para abastecer una mayor área interior. Asimismo, se contempla la sustitución de las cámaras frigoríficas más antiguas, la limitación horaria del consumo eléctrico en diferentes dependencias y la posibilidad de instalar media hectárea de paneles solares fotovoltaicos para autoconsumo. Finalmente, desde este mismo año, se pretende realizar reforestaciones de especies autóctonas, tanto en el Jardín Histórico como en los alrededores, que sirvan de sumidero de CO2 mediante su almacenamiento en forma de madera.