La biomasa, en términos generales, es esa fuente de energía renovable con origen forestal, agrícola, ganadero incluso de residuos urbanos. Los principales biocombustibles sólidos, obtenidos a partir de la biomasa, son pellets, astillas de madera y hueso de aceituna. También son biocombustibles otros -menos abundantes- como las cáscaras de frutos secos; o menos homogéneos y tecnificados, como la leña. Estos biocombustibles sólidos se secan, criban, prensan, homogenizan… antes de ser usados en estufas y calderas. En concreto, el pellet es el biocombustible más elaborado, según informa la Asociación Española de Valorización Energética de la Biomasa (AVEBiom). Se trata de pequeños cilindros de 6 a 8 milímetros (mm) de diámetro y de 10 a 40 mm de longitud, que se obtienen prensando serrín de madera. Gracias a la lignina, componente natural de la madera que hace las veces de pegamento, se consigue formar pequeños cilindros sin utilizar ningún aditivo.
La Asociación Española de Empresas Productoras de Pellets de Madera (Apropellets) indica una lista con las principales ventajas:
• No se cortan árboles ‘ex profeso’, puesto que se usan subproductos de las actividades silvícolas o de la transformación de la madera.
• Comodidad. En las estufas y calderas de pellets es el propio equipo el que alimenta el quemador según la demanda de energía.
• Reducción de emisiones y partículas frente a otras biomasas.
• Mayor poder calorífico que otros biocombustibles sólidos.
• Se reduce el tamaño de los equipos y almacenamientos.
• Simplifica la logística con sacos manejables o camiones cisterna.
• Generan menos cenizas que otros biocombustibles, pudiendo ser reutilizada como abono.
• Suele ser más barato que otros combustibles.
Panorama actual
Durante los últimos años, el pellet ha ido entrando en el sistema energético del país, con un precio medio estable y sin grandes alzas o subidas. Una alternativa natural y limpia, además de económica frente a los combustibles fósiles. Pero actualmente la economía española está sufriendo durante los últimos meses una considerable subida de la inflación y una importante subida de los precios. Y esto, sin duda, afecta también a los pellets tanto a los fabricantes como a los consumidores. El precio de la electricidad para fabricar este biocombustible hace que los costes de producción crezcan y, por tanto, lo hagan también los precios finales del producto, los que llegan hasta el cliente doméstico, según informan las principales asociaciones del sector. Por ello hemos hablado en esta edición con Roberto Bravo, presidente de Apropellets y Pablo Rodero, responsable de la certificación ENplus® en España de AVEBiom.