En su comparecencia en el Senado, y en respuesta a una pregunta del senador de Esquerra Republicana de Catalunya Miguel Ángel Estradé, Luis Planas aseguró que “una correcta gestión de los purines representa una oportunidad para disminuir los costes en fertilización agraria y, en algunos casos, para ser utilizados como fuente de energía”.
Esta contestación la enmarcaba en la presentación de un paquete de medidas “destinadas a la gestión integral de los estiércoles y purines, que contribuirá a la mejora medioambiental, social y económica, sin que suponga un sobrecoste añadido en la actividad productiva”.
La acumulación y gestión de residuos ganaderos se han convertido en los últimos años en un problema de primer orden, sobre todo en Cataluña, debido a su numerosa cabaña porcina. Las obligaciones impuestas por la Unión Europea para su tratamiento más adecuado puso en pie de guerra a los ganaderos por las exigencias e inversiones que conlleva.
Desde el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación aseguran que dicho paquete “obedece al cumplimiento de la normativa y convenios internacionales en materia de calidad del aire y emisión de gases de efecto invernadero”. Afirman que dentro de las mejores técnicas disponibles a incluir en dicho paquete se estudian las de “mayor eficacia para la disminución de emisiones (metano y amoniaco fundamentalmente) y menor impacto económico y requisitos técnicos”.
“Dependerá de los condicionantes específicos de cada granja”
También consideran prioritario que esas técnicas “no interfieran entre sí, aspecto fundamental que hay que tener en cuenta para que sean beneficiosas para disminuir las emisiones de ambos gases”. Y entre dichas técnicas está la digestión anaerobia con producción de biogás.
Desde el MAPA explican que “se fomentará la biodigestión anaeróbica de los estiércoles (individuales o colectivos), mediante cerramiento total de las balsas, en aquellos casos que se determine”. Añaden que “esta medida no se puede implantar con carácter general, sino que dependerá de los condicionantes específicos de cada granja”, aunque sin especificarlos.
En esas granjas se llevará a cabo el aprovechamiento energético del biogás resultante, “tanto para su utilización dentro de la propia granja o para su comercialización”, señalan desde el ministerio. “De esta forma –prosiguen–, no solo se consigue evitar la emisión de metano a la atmósfera, sino que se evita la emisión de amoniaco durante el almacenamiento, se facilita la homogenización del estiércol y se eliminan microorganismos potencialmente patógenos”.