Según la nota de prensa de la Fundación Naturgy, durante el seminario que organizó el miércoles en Sevilla se acusó a la biomasa en varias ocasiones de ser una de las principales responsables de la contaminación de las ciudades y pueblos. El evento llevaba por título Cambio de modelo energético para mejorar la calidad del aire, y lo organizó la propia fundación en colaboración con el Capítulo Español del Club de Roma.
Jesús de la Rosa, catedrático de la Universidad de Huelva, afirmó que “la biomasa tiene su cara y su cruz con el medio ambiente y la calidad del aire: mejora las emisiones de CO2, pero empeora la calidad del aire”. Y añadió que “en general, aunque la tendencia es a la mejora, hay casos extremos relacionados con fuentes de tráfico, combustión de biomasa e industrial principalmente, que afectan tanto a grandes ciudades como a pequeños municipios”.
Este lunes Energías Renovables se hacía eco de uno de esos casos extremos, el de Villanueva del Arzobispo, en Jaén, donde el Ayuntamiento ha tenido que prohibir la quema de biomasa, principalmente leña, en las estufas, calderas y chimeneas de esta ciudad para limitar las emisiones de sustancias contaminantes, en especial partículas en suspensión.
“El uso doméstico de biomasa influye negativamente en las emisiones de partículas”
Otro de los intervinientes en el seminario de Naturgy, Vicente Cortés, presidente de la empresa de servicios energéticos y tecnológicos Inerco, aseguró que “mientras la producción eléctrica renovable tiene un claro efecto beneficioso sobre las emisiones de contaminantes en la Unión Europea, el uso doméstico de biomasa influye negativamente en las emisiones de partículas respirables”.
Cortés hace una ligera referencia a esa “regulación de la biomasa para usos domésticos” que debe cambiar “para mejorar la calidad del aire urbano”. Expuso que, “a diferencia del empleo de biomasa para generación eléctrica, sujeto a límites de emisión muy estrictos, el empleo en instalaciones pequeñas, poco eficientes y sin sistemas de tratamiento de gases explica estas cifras”, en referencia a emisiones de partículas y óxidos de nitrógeno.
“Los equipos automáticos de biomasa, con un mantenimiento normal y biocombustibles certificados cumplen”
Jorge Herrero, director de Proyectos de la Asociación Española de Valorización Energética de la Biomasa (Avebiom), contesta que “los equipos automáticos de biomasa, con un mantenimiento normal y usando biocombustibles certificados cumplen perfectamente, y con mucho margen, las exigencias a nivel europeo en cuanto emisiones, incluida la legislación de ecodiseño para estufas de uso doméstico que entrará en vigor en 2022”.
El problema es que en España aún se quema mucha leña en viejos equipos que no son automáticos ni tienen un mantenimiento adecuado. Lo expresaba a Energías Renovables Carlos Oliván, presidente de la Asociación Española de Fabricantes de Estufas, Chimeneas y Cocinas para Combustibles Sólidos (Aefecc): “en España va a suponer una barbaridad adaptarse, en comparación con otros países de la UE, que están más avanzados en el cumplimiento de requisitos tan estrictos”.
En Sevilla no quieren las estufas de gas en las terrazas
Para cumplir con estos requisitos Herrero afirma que “se hace un gran esfuerzo en muchas regiones y ciudades europeas por parte de Administraciones, empresas y particulares para sustituir antiguos equipos por modernos y eficientes sistemas automáticos (calderas comunitarias, individuales, estufas...) que mayoritariamente consumen pélet con certificado”.
María Eugenia Coronado, directora general de la Fundación Naturgy, tras exponer datos de la Organización Mundial de la Salud sobre los efectos de la contaminación local en la salud humana, insistió en que “si nos centramos en el aire exterior y en la calidad del aire en las ciudades, los principales agentes emisores de esta polución y derivados de la actividad humana son el transporte, la industria, los edificios, y en especial la climatización con biomasa, la construcción y algunas actividades agrarias”.
Sin embargo, la opinión pública, al menos la de Sevilla, también ve como un foco de contaminación las estufas de gas, en concreto las ubicadas en terrazas de restaurantes principalmente. Una encuesta realizada por el Diario de Sevilla, con participación de 900 personas, revela que casi el setenta por ciento está en contra de dichas estufas por el gasto energético que suponen y porque contaminan.
“Dura reacción de las multinacionales gasistas”
El responsable de Avebiom, que también es director de la feria Expobiomasa, asegura que el esfuerzo que se hace con el cambio de equipos viejos a modernos “garantiza a los ciudadanos el compromiso ambiental del sector, ya que las emisiones no contribuyen ni al cambio climático ni sobrepasan en ningún caso los límites saludables establecidos en las ciudades con respecto a la contaminación atmosférica”.
Jorge Herrero recuerda que “en la UE se han instalado en los últimos años unos cinco millones de nuevas estufas y calderas que usan astillas y pélets (300.000 en España), reduciendo considerablemente el consumo de gasóleo y gas natural, por ser combustibles contaminantes y mucho más caros. Es compresible, y más aún con un invierno no muy frío en toda Europa, la dura reacción de las multinacionales gasistas y sus proveedores habituales en empresas y departamentos de investigación, con estrategias comerciales atacando el uso de energías renovables”.