Una producción potencial máxima de 163 teravatios hora anuales (TWh/año); la posibilidad de cubrir el 45% de la demanda nacional de gas natural (utilizando las mismas infraestructuras), equivalente a un 100% del consumo doméstico y un 48% del consumo industrial en España; y un ahorro que podría haber llegado a los 4.000 millones de euros en las facturas energéticas de los consumidores el pasado año. Hablamos del biometano*, un gas renovable que "se perfila como una de las grandes claves, no solo para la transformación del mix energético a corto plazo, sino también para avanzar hacia la descarbonización de la economía", según la Asociación Española del Gas (Sedigas) que en enero ha presentado las principales conclusiones del informe 'Estudio de la capacidad de producción de biometano en España'. El objetivo europeo establece que un 10% del consumo de gas sea biometano, y el Plan REPowerEU de la Comisión Europea duplica hasta los 35.000 millones de metros cúbicos el objetivo comunitario de producción para 2030. "El biometano es una oportunidad de presente para conseguir estos objetivos. Es un gas 100% renovable, con características similares al gas natural", ha señalado Joan Batalla, presidente de Sedigas.
En colaboración con PwC y la consultora especializada Biovic, el objetivo del informe es "analizar el potencial nacional de este gas renovable y aportar conocimiento que ayude en la definición de sus planes de desarrollo y en la estrategia nacional de descarbonización". Por ello, el análisis cuenta con una actualización de las últimas cifras calculadas en 2018 por el Instituto de Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE), que situaban el potencial disponible de biometano entre los 20 y 34 TWh anuales en el año 2030, lo que podría suponer entre un 5% y un 9% de la demanda anual gas. "El origen de esta diferencia radica en que los datos del IDAE no incluían los cultivos intermedios, así como los residuos forestales y otros biológicos de más difícil aprovechamiento, pero con un gran potencial, que ahora sí han sido considerados", añaden desde Sedigas en un comunicado.
Para alcanzar esos 163 TWh/año, el territorio español cuenta con el potencial y los residuos suficientes para poner en marcha 2.326 plantas de biometano (por ahora hay cinco en funcionamiento en España). "Estamos en la cola del vagón en número de plantas de Europa", ha añadido Batalla. Asimismo, estos 163 TWh anuales supondrían una inversión asociada estimada de 40.500 millones de euros -el equivalente al 3,6% del PIB- y la generación de cerca de 62.000 empleos, entre directos e indirectos, asociados a su operación y mantenimiento. Además, uno de los valores de este gas renovable es el aprovechamiento de multitud de residuos, lo que permitiría solucionar el problema de gestión existente en España e impulsando, por tanto, la economía circular. Asimismo, se evitaría la emisión de 8,3 millones de toneladas de metano que, de otra manera, se liberarían a la atmósfera de forma natural por la descomposición de los residuos reutilizados para generarlo.
Joan Batalla, presidente de Sedigas: "los resultados de este informe ponen de manifiesto la oportunidad que España tiene ante sí para erigirse como una de las principales potencias energéticas de la Unión Europea de la mano de los gases renovables. El biometano es una solución verde y eficiente en costes para avanzar en la descarbonización que podría generar cerca de 62.000 empleos en un ámbito industrial con un potencial enorme en nuestro país. No hay que olvidar que su desarrollo está íntimamente ligado al mundo rural, ya que los residuos ganaderos y agrícolas son una de las principales materias primas para su producción. El despliegue de este enorme potencial, no solo aportaría una gran riqueza a la economía nacional, sino que contribuiría a solucionar dos desafíos históricos de nuestro país: la gestión eficiente de los residuos y el reto demográfico en la España vaciada"
2.326 plantas en toda España
En el informe también se detalla la tipología de residuos disponibles, su cantidad, la densidad de población o la superficie destinada a actividades primarias, entre otros, que hacen que unas u otras regiones destaquen por su capacidad potencial de producción de biometano. En este sentido, Castilla y León lidera el ranking con 37,78 TWh que representan el 23,2% del total. Le siguen Andalucía, con 23,62 TWh (14,5%) y Castilla-La Mancha, con 20,37 TWh (12,5%). Entre las tres, por tanto, acaparan la mitad (50,2%) del total del potencial nacional. "Todas las regiones pueden contribuir; incluso las más industriales podrían cumplir con el objetivo del 10% que pide Europa", ha indicado Óscar Barredo, socio de Energía de PwC.
En el informe se diferencias estas 2.326 plantas según su tipología en:
• Plantas de residuos agroindustriales + EDAR (residuos, normalmente en forma de lodos, provenientes de la actividad realizada en las Estaciones Depuradoras de Aguas Residuales) + RSU (residuos, basura, desperdicio o desechos que se generan en los núcleos urbanos o en sus zonas de influencia): con un total de 1.566 plantas, cada una con una producción anual estimada de 40 gigavatios hora (GWh), una inversión estimada de 12 millones de euros, ocho empleos directos y diez empleos indirectos generados por planta.
• Plantas de cultivos intermedios: utilizarían los denominados cultivos intermedios como materia prima para la generación de biometano con un total de 609 plantas, cada una con una producción anual estimada de 100 GWh, una inversión estimada de 24 millones, 12 empleos directos y 35 empleos indirectos generados por planta.
• Plantas de biomasa forestal residual: plantas proyectadas de gasificación térmica que utilizarían la biomasa forestal residual como materia prima para la generación de biometano con un total de 151 plantas. Dependiendo de la ubicación y la biomasa forestal disponible se han diferenciado 3 tamaños de planta:
1. Plantas de 75 GWh/año de producción de biometano, 20 millones de inversión estimada, ocho empleos directos y 15 empleos indirectos generados por planta.
2. Plantas de 100 GWh/año de producción de biometano, 27 millones de inversión estimada, ocho empleos indirectos y 15 empleos indirectos generados por planta.
3. Plantas de 200 GWh/año de producción de biometano, 50 millones de inversión por planta, 12 empleos directos y 20 empleos indirectos generados por planta.
Atasco administrativo
Al igual que ocurre en el autoconsumo fotovoltaico, las barreras administrativas en los proyectos de biometano son también muy significativas y pueden prolongar la tramitación de los proyectos en torno a uno, incluso dos años (existen alrededor de 200 proyectos de plantas de biometano en tramitación). Estas barreras administrativas se traducen en una complejidad para obtener permisos y la demora en los trámites (por la involucración de muchas administraciones y la falta de recursos de estas) que se acaba trasladando a la ejecución de los proyectos, así como la inexistencia de un proceso de tramitación homogéneo a nivel nacional (en la actualidad hay 17 procesos distintos, uno por cada comunidad autónoma). Las medidas propuestas por Sedigas para acelerar la tramitación administrativa incluyen: la definición de proyectos de interés estratégico para la transición energética y la creación de una oficina coordinadora o de seguimiento de estos en el Miteco; el incremento de los recursos económicos necesarios para la tramitación de expedientes autorizadores; el fomento de la figura de Encomienda de Gestión en materia de medio ambiente y de energía; o, la homogeneización de criterios.
Joan Batalla, presidente de Sedigas: "en España, el apoyo por parte de las administraciones ha sido prácticamente inexistente, de ahí la notable diferencia en el crecimiento del sector del biometano a nivel de producción y número de plantas en funcionamiento en nuestro país comparado con otros países de la Unión Europea. Si bien es cierto que se están dando los primeros pasos para el progresivo desarrollo de este vector energético (como la aprobación de la Hoja de Ruta del Biogás), y que esto ha llevado a que a día de hoy haya más de 200 proyectos en desarrollo, siguen existiendo una serie de barreras administrativas, regulatorias, económicas y fiscales que están limitando la inversión en nuevas infraestructuras de producción de biometano, reduciendo la penetración de éste en el sector gasista y perjudicando la economía y el empleo de las zonas donde se podrían desarrollar estos proyectos"
Desde Sedigas también se mencionan las barreras regulatorias identificadas donde se incluyen "la falta de un marco legal y normativo que regule de forma eficaz y con incentivos y cuotas ambiciosas esta actividad; la incapacidad de disponer de un acceso competitivo a los residuos; o, un marco normativo y fiscal que sea capaz de regular los usos del biometano que no estén relacionados con aplicaciones estrictamente eléctricas, como sería la inyección en la red gasista", añaden. Por ejemplo, los mecanismos de incentivos gubernamentales introducidos en Francia, Alemania, Dinamarca o Suecia han resultado "vitales" para potenciar el desarrollo de esta tecnología y para incentivar tanto al inversor como al consumidor. Por tanto, la Asociación Española del Gas considera necesario que se modifiquen las normas medioambientales existentes para hacer partícipe al biometano en el cumplimiento de los objetivos en materia de descarbonización del sector energético y otros sectores. Asimismo, apela al desarrollo urgente de una regulación específica que asegure un acceso competitivo a los residuos y que genere señales de precio a los generadores de los mismos, para que valoren de forma adecuada las emisiones evitadas y les permita internalizar los costes.
Y por último, otras de las principales barreras identificadas en el ámbito económico y fiscal están relacionadas con la ausencia de incentivos específicos de apoyo a la producción, inyección en red y consumo de biometano; los impuestos asociados tanto a la generación (como el que grava el autoconsumo), como al punto de consumo; y, los costes logísticos derivados de la alta dispersión de los residuos. Desde Sedigas se insiste en que el biometano puede ser rentable, pero son necesarias medidas de apoyo para dar seguridad y una señal de precio adecuada al promotor.
*Biometano: gas renovable que se obtiene a partir de un proceso de purificación del biogás hasta alcanzar una composición y poder energético muy parecido al del gas natural, por lo que puede emplearse con los mismos fines.