La pequeña localidad salmantina de Cantaracillo (193 habitantes en 2022) está trabajando el proyecto para levantar una planta que transformará los estiércoles de las ganaderías locales en biometano y enmiendas orgánicas de uso agrícola. Juan Carlos Martín, alcalde de Cantaracillo, junto a Bernat Chuliá, director de estudios y análisis de Genia Bionergy, y Ángel José Martín CEO de Tecnia han presentado esta iniciativa que pretende movilizar una inversión de entre 20 y 25 millones de euros, que podrá generar más de 15 empleos entre directos e indirectos en ambas localidades, y que activará la economía local al crear una cadena de valor en torno a la gestión de los residuos y su valorización.
En esta planta de biogás se tratarán hasta 150.000 toneladas cada año de estiércol vacuno de las ganaderías de la comarca (y un pequeño porcentaje de residuos de otras especies) mediante un proceso natural que se denomina digestión anaerobia, en el que bacterias que viven en ausencia de oxígeno, descomponen los residuos convirtiéndolos, por un lado en biogás con una alta concentración de metano y, por otro, en enmiendas orgánicas de uso agrícola. El biogás producido a partir del estiércol, mediante un proceso de upgrading, se convertirá en biometano en la misma planta y podrá ser inyectado a la red de distribución de gas natural, mientras que las enmiendas vuelven a las tierras donde los propios ganaderos cultivan el alimento de su ganado, generando un proceso de economía circular.
Más de 20 ganaderos de la comarca de Peñaranda impulsan el proyecto y se han comprometido a aportar los estiércoles de su ganado a la planta, pues les ofrece una alternativa para gestionar los residuos que hace más sostenible su actividad y les proporcionará enmiendas orgánicas de proximidad para mejorar sus cultivos, según informa Genia Bionergy. De hecho, los residuos que se procesen en la planta llegarán de ganaderías situadas en un radio de apenas 20 kilómetros. alrededor de la planta, que se ubicará alejada de los centros de población y cercana a la autovía A-50. En esta planta de Cantaracillo se podrán generar unos 60 gigavatios hora anuales (GWh/año) de biometano, aproximadamente el 7% de las necesidades de los hogares y comercios de toda la provincia, avanzando así en la independencia energética y en la sustitución de los combustibles fósiles. El proyecto entra ahora en fase de tramitación administrativa y podría estar funcionando en 2025.