Entre 2008 y 2012 se desarrolló el proyecto Ecobug dentro del Séptimo Programa Marco de investigación de la Unión Europea. Con diecisiete socios liderados por la empresa noruega Felleskjopet Agri, y entre los que se encontraba la española Coopaman, el objetivo era desarrollar un fertilizante e insecticida orgánico inodoro “para aumentar el rendimiento de los cultivos ecológicos y reducir las emisiones al aire y al agua”.
Dicho fertilizante-insecticida se elaboraría a partir de un flujo de subproductos derivado de la producción de biogás con estiércol, combinado con unas cianobacterias específicas con un alto poder como repelentes de insectos, especialmente la mosca de la col, muy dañina en cultivos de coles, nabos y repollos, entre otros.
Los avances conseguidos con Ecobug han servido para darle continuidad con Fertibug, la marca que, de la mano de la empresa noruega Bioskiva, tiene al fertilizante-insecticida en proceso de comercialización, tras conseguir la patente, según informa ahora la Asociación Europea de Innovación en Agricultura Productiva y Sostenible (AEI Agri).
“Buenos para el suelo y no causan daños a abejas y lombrices”
Desde AEI Agri aseguran que “como el uso de cianobacterias muertas como repelente de la mosca de la coles es un enfoque completamente nuevo, debe ser aprobado por la Comisión Europea. Bioskiva está buscando socios para sacar este producto al mercado”.
“Son muy buenos para el suelo y no causan daño a las abejas y las lombrices”, advierten en la nota de prensa de AEI Agri, en clara referencia al impacto negativo demostrado que ocasionan los plaguicidas de química industrial en insectos polinizadores, especialmente en las abejas. En estos días, la Fundación Descubre informa otro estudio que avala este impacto ambiental.
"Los pélets (es la presentación del fertilizante-insecticida) consisten principalmente en residuos de fermentación de la producción de biogás, pero también contienen un 0,1 por ciento de cianobacterias", asegura Ulrike Schmid-Staiger, responsable del proyecto en el Instituto Fraunhofer de Ingeniería Interfacial y Biotecnológica de Alemania, uno de los socios desde que se inició Ecobug.
Probado en España
En AEI Agri precisan que “cuando los gránulos se colocan alrededor de las plantas, la flora del suelo degrada las cianobacterias, que liberan un aroma que repele a la mosca de la col, y el subproducto de la fermentación, rico en nutrientes, fertiliza esas plantas”.
Los pélets se han probado en estudio de campo en España y Hungría, país con socios que también participaron en Ecobug. “Los investigadores descubrieron que las moscas de la col no atacaban a ninguna de las coles o colinabos en crecimiento, y que los gránulos tenían un efecto fertilizante significativo”, concluyen desde AEI Agri.