En un comunicado, se explica que el paquete de financiamiento incluye un préstamo de 55 millones de dólares a doce años de la propia cuenta de IFC y un préstamo de 45 millones de dólares a 7 años movilizado desde el grupo financiero holandés Rabobank.
El financiamiento a largo plazo incluye un préstamo verde que seguirá los Principios de préstamos verdes (BPL), desarrollados para promover el desarrollo y la integridad del producto crediticio verde. Su objetivo, se asegura, es "crear un marco de alto nivel de normas y directrices del mercado, proporcionando una metodología coherente para su uso en todo el mercado de préstamos verdes". Esta porción del crédito se utilizará para financiar la finalización de la expansión de la cogeneración de São Martinho mediante la sustitución de las calderas y generadores existentes por otros de mayor capacidad y eficiencia.
La información abunda en que el proyecto representa "el primer préstamo verde en el sector de azúcar y etanol en Brasil". La inversión de IFC también permitirá a São Martinho renovar sus plantaciones de caña de azúcar utilizando técnicas agrícolas avanzadas climáticamente inteligentes, que incluyen la maximización del uso de fertilizantes orgánicos, el uso de técnicas de preparación del suelo localizadas, el reciclaje de nutrientes y el uso de imágenes en condiciones de tiempo real para monitorear el desarrollo de los campos de caña.
Desde São Martinho, su director ejecutivo, Felipe Vicchiato, recalcó que "se trata de inversiones que aumentarán el volumen energético de São Martinho en aproximadamente un 20 %, contribuyendo a la matriz energética brasileña, especialmente durante el período de cosecha que coincide con el período seco en la región Centro-Sur del país. Además, compraremos equipos de empresas regionales, generando alrededor de 400 nuevos puestos de trabajo directa e indirectamente e impulsando la economía local".
São Martinho gestiona la planta de etanol Boa Vista, situada en Quirinopolis, estado de Goias, una de las mayores en el mundo en su tipo.