El objetivo del proyecto es permitir el uso del bagazo como fuente de generación de energía alternativa en las fábricas de azúcar y etanol. Según datos del Centro de Tecnología de Caña de Azúcar (CTC), responsable por el proyecto, se estima que al menos la mitad de los 80 millones de toneladas de residuos que actualmente se producen en Brasil pueden ser dirigidos para la generación de electricidad, lo que sería suficiente para abastecer a 13 millones de residencias.
El nuevo proyecto, que también implica el Fondo para el Medio Ambiente Mundial (GEF) y el ministerio de Ciencia y Tecnología, tendrá dos frentes de trabajo: la implementación de las tres plantas para el 2015 y el desarrollo de un modelo de negocio y un estudio técnico para otras siete plantas.
En la cosecha de la caña, el tallo de la planta se procesa para producir azúcar y alcohol. Las hojas y la punta de la planta, que forman una paja, se queman. Este procedimiento, sin embargo, ha sido prohibido en el estado de Sao Paulo, que determina el orden de las quemadas en la producción de caña de azúcar hasta 2017.
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