"La industria de los combustibles limpios satisface hoy una parte significativa de la demanda nacional de combustibles pesados de carretera, contribuyendo a reducir los precios del gasóleo que repercuten en los costes de todos los bienes de consumo", ha declarado Kurt Kovarik, vicepresidente de asuntos federales de la alianza.
De acuerdo con Kovarik, la industria estadounidense “está invirtiendo para duplicar la producción, basándose en las señales de la Administración en el SAF Grand Challenge (Gran Desafío SAF) y la promesa de reducir las emisiones de carbono a la mitad. Los volúmenes planos para los biocombustibles avanzados amenazan con socavar las inversiones de nuestra industria, así como descarrilar los objetivos de la Administración para la seguridad energética nacional, el empleo, las oportunidades económicas y las ganancias ambientales”, añade.
Recientemente, lLa Administración de Información Energética de Estados Unidos estimó que la capacidad nacional de gasóleo renovable podría más que duplicarse hasta 2025, alcanzando los 5.900 millones de galones. Los datos de la EPA muestran que se generaron más de 3,6 mil millones de galones de diésel avanzado basado en biomasa para el programa RFS en 2022, un aumento de más de 500 millones de galones con respecto a 2021.
De acuerdo con Clean Fuels, al finalizar las reglas correspondientes a 2021 y 2022, el administrador de la EPA (Michael Regan) se comprometió a aumentar la disponibilidad de combustibles de cosecha propia, poner el programa RFS (Renewable Fuel Standar) de nuevo en marcha y ofrecer certeza y estabilidad. "Los volúmenes propuestos en diciembre para el gasóleo de biomasa y los biocombustibles avanzados contradicen este sentimiento”, concluye Kovarik.