Parece una obsesión: fabricar el litro de biodiésel más ecológico posible. Tanto el Departamento de Química Orgánica de la Universidad de Córdoba (UCO) como la empresa de base tecnológica salida de su seno, Séneca Green Catalyst, llevan cuatro años investigando la manera de conseguir el biodiésel más sostenible a partir de aceites usados y grasas animales. La empresa construyó una planta piloto en la que se produce este biocarburante y se experimenta con las innovaciones introducidas para mejorar, ambiental y económicamente el proceso de transesterificación.
En este proceso se produce una reacción en la que los triglicéridos (constituidos por glicerina y ácidos grasos) se transforman en biodiesel gracias al contacto con un alcohol (metanol). Para acelerar el proceso se añade hidróxido sódico (sosa cáustica). En la UCO comenzaron a investigar la manera de eliminar este último componente y así obtener biodiésel sin subproductos ni residuos, que ahora son glicerina y agua contaminada. La UCO informa que el departamento mencionado acaba de publicar en la revista Catalysis Today una solución al problema: “sustituir en la fórmula inicial la sosa cáustica y usar como catalizador biológico las lipasas, enzimas presentes en casi todos los seres vivos. Y concretamente, un tipo de lipasas utilizada frecuentemente por la industria agroalimentaria en la producción del pan”.
Se puede aprovechar como biodiésel todo el producto resultante
El resultado de la investigación confirma que “la nueva reacción bioquímica produce, por cada triglicérido, dos moléculas de biodiésel y una de monoglicérido (molécula de propiedades similares al biodiésel e inocua para los motores)”. Es decir, que desaparece tanto la sosa cáustica como la molécula de glicerina que la hacía inservible en los motores y quedaba como subproducto. Ahora, todo el biodiésel puede entrar en el depósito.
Con anterioridad, el mismo grupo de investigación había probado también con éxito que la lipasa pancreática del cerdo servía para el mismo proceso, “pero el elevado coste de su producción no hacía recomendable su replica a escala industrial”, señalan en la UCO. “La gran novedad –añaden– de la nueva lipasa es su bajo precio, que la hace realmente asequible, y su facilidad de acceso en el mercado”. Por último, recuerdan que el artículo de Catalisys Today adelanta parte de los resultados, que serán publicados en breve en la tesis doctoral del investigador Cristóbal Verdugo, dirigida por los profesores Diego Luna y Enrique Sancho.
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