“Uso integral de la colza como alternativa sostenible para la producción de queso bajo DO Idiazabal”. Este el nombre completo del grupo operativo Turtolio, que echó a andar en 2016 y que este año ha recibido el premio Innovación Ganadera en el marco de la primera edición del Foro Innagrotables, organizado por Editorial Agrícola en colaboración con el Foro Interalimentario.
El grupo responde al perfil que se exige desde la EIP-Agri de la UE a través del programa regional de desarrollo rural de Euskadi. Deben ser agrupaciones de actores de distintos perfiles (agricultores, ganaderos, selvicultores, industrias agroalimentarias o forestales, centros públicos o privados de I+D+i, centros tecnológicos, instituciones sin fines de lucro….) que se asocian para conseguir una innovación con el objetivo de resolver un problema o aprovechar una oportunidad, con el enfoque de acción conjunta y multisectorial.
El aceite de colza se utiliza en calderas
Turtolio lo forman Quesería Kerixara (coordinadación), Kerizara Agroturismo, la consultora NSG-Noemí Salazar Gómez y Neiker-Tecnalia. Desde este instituto vasco de investigación y desarrollo tecnológico aseguran que “el proyecto impulsa el trabajo de cooperación y fomenta la cultura de la innovación para un crecimiento sostenible e integrador del sector ovino lechero de raza latxa, con elaboración de queso artesanal bajo la DOP Idiazabal”.
Y la colza tiene un protagonismo esencial en este desarrollo. El mismo instituto afirma que “el aprovechamiento de este aceite vegetal como combustible en calderas permite que los agentes del sector primario utilicen biocombustible de producción local y supone una oportunidad sostenible para su uso”.
“Al mismo tiempo, la torta de colza es de gran calidad nutritiva para la alimentación animal y su empleo permite reducir la dependencia en la dieta hacia otros ingredientes que vienen de mercados internacionales, con lo que se fomenta el empleo de materias primas locales”, apostillan desde Neiker Tecnalia.
Aumento de la eficiencia energética
La experiencia confirma que se ha conseguido promover el autoconsumo, la autosuficiencia y la economía circular y local. “En paralelo –añaden–, el proyecto ha puesto de manifiesto un aumento en la eficiencia energética de las explotaciones de ovino latxa y la reducción de la huella de carbono del queso DOP Idiazabal. Con todo ello se consigue aumentar la sostenibilidad y competitividad de las explotaciones”.
Por otro lado explican que “la colza se está integrando en la rotación de cultivos de Araba desde hace casi tres décadas, en una zona principalmente cerealista y de cultivos de patata y remolacha”. Kerixara, coordinador de Turtolio, es una explotación de ovejas latxas, productora de queso Idiazabal de manera artesanal, que está unida a un negocio de agroturismo, el cual también se abastece con biocombustible de colza.
Grupos operativos con biometano y biorrefinerías
Entre las decenas de grupos operativos aprobados hasta el momento, tanto en los programas regionales de desarrollo rural como en el nacional, hay otros vinculados a la bioenergía, especialmente en Galicia. Aquí destacan el de valorización de residuos agrarios en la comarca de A Limia, el grupo operativo Souto Biorefinería y el de innovación en la gestión de biomasa del monte de la Comunidad de Monte Vecinal en Mano Común de Carballo.
Sin salir de Galicia, entre los sesenta de ámbito nacional destaca la Unidad de Aprovechamiento Integrado de Biomasa Forestal impulsada por Greenalia, empresa propietaria de plantas de producción de electricidad con biomasa. Fuera de esta comunidad autónoma, entre los regionales hay un grupo operativo en Badajoz sobre biometanización y valoración energética de purín de cerdo con productos de almazara de la cooperativa Al-Kasera; y entre los nacionales, Agrirefin, biorrefinería agrícola para la valorización de biorresiduos de la horticultura intensiva en Valencia.