El biogás no es una novedad. El reciclaje de residuos orgánicos para producir este combustible renovable es una práctica muy extendida en los países europeos. Alemania, el mayor productor mundial de biogás, cuenta con unas 10.000 plantas de biogás y está impulsando la construcción de pequeñas instalaciones descentralizadas. Pues bien, en ese escenario, la estrategia científica desarrollada por Micro4Biogas pretende optimizar los procesos que tienen lugar dentro de los biodigestores existentes para recuperar más biogás sin aumentar la cantidad de residuos orgánicos necesarios como sustrato para la digestión microbiana. "Pretendemos -explica el coordinador de Micro4Biogas, Manuel Porcar- aumentar el rendimiento del biogás, su calidad, la velocidad de producción y la solidez de todo el proceso". Y, para ello, el equipo de investigación internacional del proyecto Micro4Biogas está desarrollando lo que denomina "comunidades microbianas a medida". ¿Cómo? "Eliminando -explican- los obstáculos químicos y biológicos en el interior de los biodigestores".
Para estabilizar la producción de biogás, "el reto es desentrañar la complejidad de la digestión anaeróbica", explica Christian Abendroth, director del departamento de economía circular de la Universidad Tecnológica de Brandenburgo (Alemania) y miembro de Micro4Biogas. Los científicos del proyecto ya han recogido muestras microbianas de múltiples plantas de biogás y las están analizando para crear colonias microbianas optimizadas para la producción de biogás. Dentro de los biodigestores, estas complejas comunidades microbianas fermentan la materia orgánica liberando metano como combustible renovable. Sigue habiendo lagunas en los conocimientos sobre las interacciones bioquímicas que tienen lugar, pero en última instancia la eficiencia y el rendimiento "dependen de cómo actúen los microbios", explica Abendroth.
El biogás optimizado puede distribuirse en la infraestructura de gas existente sustituyendo al gas natural en todos los escenarios. "Mientras que tanto la energía fotovoltaica como la eólica tienen el inconveniente de depender de la climatología para generar electricidad, el biogás puede almacenarse y consumirse siempre que se necesite", explica Carlos Roldán, ingeniero eléctrico de la Universidad Politécnica de Valencia, y experto encargado de la aplicación práctica de los resultados de Micro4Biogas en el municipio valenciano de Aras de los Olmos, España. Municipio que trabaja estrechamente con Roldán, ya que el Ayuntamiento de Aras de los Olmos es uno de los socios del proyecto.
Los resultados de la planta piloto española "serán directamente aplicables a cualquier otra instalación", añade Roldán. "Nos interesa especialmente el uso que Aras de los Olmos quiere hacer de esta energía como fuente de producción eléctrica junto con otros sistemas renovables para abastecer al propio municipio". La posibilidad de almacenar biogás y utilizarlo bajo demanda contribuye a estabilizar la red eléctrica, facilitando el uso generalizado de fuentes renovables intermitentes.
Micro4Biogas es un proyecto financiado por la UE (H2020, acuerdo de subvención número 101000470) que trabaja en el desarrollo de consorcios microbianos a medida para aumentar la producción de biogás. Reune a 15 instituciones de 6 países (incluyendo universidades, empresas y el ayuntamiento de un municipio rural español -Aras de los Olmos- donde se construirá una planta de biogás de vanguardia). El proyecto pretende aumentar el rendimiento, la velocidad, la calidad y la reproducibilidad de la producción de biogás, consolidando esta energía renovable como una opción ambiental, política y económicamente viable. La Comisión Europea ha anunciado recientemente planes para aumentar la producción de biogás hasta un volumen del 20% de las actuales importaciones de gas ruso para 2030.