“Cepsa tiene marcado como objetivo para los próximos años el desarrollo y gestión integrada del negocio de los biocombustibles. Ello pasa por optimizar su producción y aprovechar la experiencia de la compañía y su excelencia”. La compañía energética expresa así su deseo de potenciar la rama de biocarburantes tras anunciar a principios de este mes la formalización de la oferta de compra de la planta de biodiésel que Abengoa tenía en San Roque.
La petrolera recuerda también que, aunque el biocarburante más empleado en España es el biodiésel, desde 2011 producen hidrobiodiésel en sus refinerías, y con el apoyo del Centro de Investigación y Desarrollo de la Compañía desarrollan “estudios pioneros a nivel mundial que buscan convertir aceites vegetales en combustibles de origen renovable de alto valor energético”.
Se recupera la producción tras el bache de 2015
Pero el principal productor en España de hidrobiodiésel es Repsol; “la hidrogenación se utiliza en todas nuestras refinerías”, recuerdan. De esta manera han conseguido que 2016 vuelva a ser un buen año para la producción en España de este “aceite vegetal hidrogenado”, tras el bache sufrido en 2015 y sin llegar a los mejores momentos de 2011 y 2012.
Según los últimos datos de las estadísticas sobre biocarburantes que publica periódicamente la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia, la producción pasó de 262.000 a 418.000 metros cúbicos entre 2015 y 2016. Esto ha conllevado que durante el pasado año no se tuviera que importar ni un metro cúbico y que, por el contrario, se duplicara la exportación.
Casi el cien por cien con aceite de palma
Eso sí, la principal, y casi única materia prima que se utiliza en España para fabricar hidrobiodiésel es el aceite de palma (en un 98,46 por ciento), la más cuestionada de todas que se utilizan para fabricar biocarburantes por su alto impacto sobre las selvas de Indonesia y Malasia y sus reservas de carbono.
En Finlandia, otra empresa petrolera, Neste Oil, principal fabricante mundial de hidrobiodiésel, ha conseguido crear varias líneas de producción de este biocarburante solo con residuos, como grasas animales, aceite de cocina usado y diversos residuos procedentes del refinado de aceite vegetal, entre los que está el destilado de ácidos grasos de palma y aceite de maíz.
No obstante, la estadística presentada por la CNMC apunta que durante 2016 la producción de hidrobiodiésel consiguió un 57 por ciento de reducción de gases de efecto invernadero con respecto al diésel fósil. Diversos informes y estudios, algunos tenidos en cuenta por la Comisión Europea para su propuesta de eliminar el apoyo a este tipo de biocarburantes, bajan significativamente esta reducción, llegando a superar las emisiones del diésel fósil.