Investigadores de la Universidad de Cambridge han desarrollado una tecnología alimentada por energía solar que convierte el dióxido de carbono y el agua en combustibles líquidos que pueden añadirse directamente al motor de un coche como combustible 'drop-in', según publican en 'Nature Energy'. El equipo de investigación de Reisner, con sede en el Departamento de Química Yusuf Hamied, ha aprovechado el poder de la fotosíntesis para convertir el CO2, el agua y la luz solar en combustibles multicarbono -etanol y propanol- en un solo paso. Aunque la tecnología aún está en fase de laboratorio, los investigadores afirman que sus "hojas artificiales" son un paso importante en la transición hacia una economía alejada de los combustibles fósiles.
Hasta la fecha, estas hojas artificiales sólo han sido capaces de fabricar sustancias químicas simples, como syngas, una mezcla de hidrógeno y monóxido de carbono que se utiliza para producir combustibles, productos farmacéuticos, plásticos y fertilizantes. Pero para que la tecnología fuera más práctica, tendría que ser capaz de producir directamente sustancias químicas más complejas en un solo paso alimentado por energía solar. Ahora, la hoja artificial puede producir directamente etanol y propanol limpios sin necesidad del paso intermedio de producir gas de síntesis, según informa Europa Press. Los investigadores desarrollaron un catalizador a base de cobre y paladio. El catalizador se optimizó para que la hoja artificial pudiera producir sustancias químicas más complejas, en concreto los alcoholes multicarbónicos etanol y propanol. Ambos alcoholes son combustibles de alta densidad energética que pueden transportarse y almacenarse fácilmente.
"Hacer brillar la luz solar sobre las hojas artificiales y obtener combustible líquido a partir de dióxido de carbono y agua es un ejercicio de química asombroso", señala Motiar Rahaman, primer autor del artículo. "Normalmente, cuando se intenta convertir CO2 en otro producto químico mediante un dispositivo de hojas artificiales, casi siempre se obtiene monóxido de carbono o gas de síntesis, pero aquí hemos sido capaces de producir un combustible líquido práctico utilizando sólo la energía del Sol", añade.
De momento, el dispositivo es una prueba de concepto y sólo muestra una eficiencia modesta. Los investigadores están trabajando en la optimización de los absorbedores de luz para que puedan absorber mejor la luz solar y en la optimización del catalizador para que pueda convertir más luz solar en combustible. También habrá que seguir trabajando para que el dispositivo sea escalable y pueda producir grandes volúmenes de combustible señalan los investigadores. "Aunque aún queda trabajo por hacer, hemos demostrado lo que estas hojas artificiales son capaces de hacer. Es importante demostrar que podemos ir más allá de las moléculas más simples y fabricar cosas que sean directamente útiles a medida que nos alejamos de los combustibles fósiles", afirma Reisner.