Energías Renovables ha tenido acceso al decreto de archivo de la Fiscalía Provincial de Granada y ha podido comprobar el sinsentido que supone que esta instancia haya admitido como prueba para tomar tal decisión la alegación presentada por la “Consejería de Medio” (era de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio en ese momento) de la Junta de Andalucía. En ella hace constar que en “los humedales y turberas de Padul (…) no se han detectado afecciones relevantes en la biodiversidad que pueda derivarse de las actividades denunciadas”.
Dicha zona húmeda está a 150 kilómetros del lugar que en fotografías y documentos escritos aportó Ecologistas en Acción a la fiscalía para denunciar la tala masiva de pinos carrascos en la finca privada Dehesa del Rey para destinarlos a la producción de pélets. El decreto de archivo se ha conocido recientemente, pero ya en agosto del pasado año la revista Quercus se hacía eco de una tala que “daña un ‘santuario’ de rapaces de Granada”.
El artículo estaba escrito por once especialistas de la EBD/CSIC y las universidades de Granada, Miguel Hernández de Elche, Málaga y Córdoba. Son los mismos técnicos que aportaron la documentación precisa sobre el caso y que, según Javier Egea, “la fiscalía no tiene pinta de haberlo leído ni investigado, porque no se entienden la cantidad de anomalías que aparecen en el archivo”.
Es posible que se haya perdido una colonia completa de milano negro
Según el artículo de Quercus, entre 2015 y 2017 la empresa Cefusa, perteneciente al grupo empresarial Fuertes-El Pozo, “dañó severamente un bosque de especial valor ambiental en el municipio de Castilléjar”, con “la mayor densidad de rapaces forestales nidificantes de la provincia de Granada”. La tala contó con el visto bueno de la Delegación Territorial de Agricultura, Pesca y Medio Ambiente de Granada de la Junta de Andalucía.
Los autores del estudio afirman que la empresa “no respetó los parámetros de la autorización, de modo que lo que era un denso pinar maduro es ahora una formación adehesada”. Afirman que “se eliminaron hasta diez veces más pies de los autorizados” y “al arrasar este pinar, Cefusa se ha llevado por delante una gran cantidad de nidos de rapaces”.
En el estudio cuantifican que han caído, entre otros y al menos, seis nidos de milano negro, más de medio docena de águila calzada, dos de águila culebrera y uno de azor. Ponen especial énfasis en el milano negro: “el núcleo reproductor más suroriental de la península Ibérica, de un gran interés biogeográfico, ha podido desaparecer por completo”.
Tala para evitar el riesgo de incendios
Ecologistas en Acción y los técnicos afirman que “todos los pinos acabaron hechos astillas con destino a una fábrica de pélets situada en la cercana localidad de Huéscar”. Aquí está la planta de Tubocás-Tupelllet, aunque tanto en las alegaciones a la denuncia como en declaraciones a Energías Renovables, Cefusa cita a Agropecuaria El Manar como la ejecutora de la tala y a quien contrató para llevarla a cabo.
Según Cefusa, fue esta empresa la que señaló que “era necesario acometer una limpieza de monte con el objetivo de renovarlo y evitar riesgos de incendio. Ante la gran extensión de monte, la empresa contratada dijo que había que ordenarla”. Esta empresa del Grupo Fuertes-El Pozo afirma que además recibieron “el visto bueno de los técnicos y agentes medioambientales”. “De esa manera, acometieron los trabajos proyectados y autorizados por la Administración”, apostillan.
Agropecuaria El Manar está registrada como una “empresa distribuidora de biomasa” por la Agencia Provincial de la Energía de Granada. Ante el temor de ecologistas y científicos de que continúen las talas, Cefusa responde que “la empresa especializada (Agropecuaria El Manar) ha decidido que no es necesario hacer más limpieza del monte porque ya se ha trabajado en la zona que implicaba más riesgo de incendio”.
“Que la Junta de Andalucía dé explicaciones”
En sus alegaciones, Cefusa niega que la zona más crítica haya quedado afectada, pero José María Gil, científico de la EBD/CSIC confirma que “la colonia de milano negro la han barrido”. “Lo que no entendemos –prosigue Gil– es que en el entorno hay miles de hectáreas de pinar de repoblación, no maduro como el del Pinar de Castilléjar, pero hayan alterado gravemente a este”.
Para Javier Egea, “todos, desde la Junta a Cefusa, se quieren lavar las manos”, y adelanta a Energías Renovables que, como Ecologistas en Acción Granada, “vamos a pedir la reapertura del caso para que se pregunte y tenga en cuenta a los técnicos y científicos y que la Junta de Andalucía dé explicaciones, porque lo de confundir El Padul con el Pinar de Castilléjar es escandaloso”. “Si no se reabre iremos a la Fiscalía General del Estado porque nos parece un asunto muy grave”, concluye Egea.