Ya se puede consultar en la página web www.proyectovalue.eu del proyecto Value la base de datos en la que se exponen las mejores tecnologías disponibles para la valorización de residuos de la industria agroalimentaria. Este es uno de los principales logros que ha alcanzado una iniciativa que celebró la pasada semana en las instalaciones del Cener en Sarriguren (Navarra) su quinta reunión de sus socios europeos, entre los que se encuentra el centro citado. El documento incluye una descripción de las tecnologías de valorización y sus aspectos claves en los ámbitos energético, alimentario, agrícola y ambiental.
Dentro de las tecnologías energéticas, los socios de Value han analizado las relacionadas con el bioetanol, la biometanización y digestión anaerobia, la combustión y la gasificación. Desde el Cener afirman que han finalizado los ensayos piloto con los residuos suministrados por las empresas interesadas en la vía de valorización energética, “obteniendo buenos resultados para su uso en la producción de etanol”. De las cuatro alternativas energéticas es, junto a la combustión, el que mayor grado de viabilidad presenta, al confirmar que existe una “disponibilidad de materia prima a bajo coste, tecnología madura y un producto final con mercado potencial”. En este aspecto incluyen tanto el bioetanol como co-productos para la alimentación del ganado, los denominados DDGS (siglas en inglés de distillers dried grains with solubles).
Mejor combustión que biometanización y gasificación
Entre los subproductos a utilizar en el proceso de fabricación del etanol se incluyen residuos líquidos y sólidos de la producción de zumos, mermeladas, tomate, guisantes, judías, patatas y zanahorias, entre otros. Para el proceso de biometanización con digestión anaerobia se ha estudiado el empleo de verduras y frutas variadas, subproductos generados en la elaboración de vino y sidra y pulpa de café. En este caso se le otorga a la tecnología un grado de viabilidad media. Más fiable se considera la combustión de la biomasa por la disponibilidad comercial de la tecnología. Aquí, el abanico de subproductos a utilizar es muy amplio, y va desde sarmientos de vid y huesos de aceituna a cáscaras de frutos secos o cascarilla de arroz. El menor grado de viabilidad lo presenta la gasificación, al considerar que es todavía una tecnología no madura y de fiabilidad limitada.
En el Cener explican que en estos momentos están en contacto con diferentes ingenierías “para realizar un estudio de viabilidad que permita, a partir de los resultados obtenidos en su planta piloto, dotar a las empresas participantes de una herramienta válida para la toma de decisiones sobre la implementación de estas tecnologías de valorización”. En esta quinta reunión celebrada en Sarriguren los socios contrastaron los resultados obtenidos hasta el momento, en relación a las experiencias piloto en curso de valorización alimentaria y/o energética de los residuos suministrados por las empresas interesadas en el proyecto. El contacto con estas se realizó durante 2011 a partir de los talleres que se organizaron para la difusión del proyecto entre los agentes del sector.
Value tiene el objetivo principal de identificar, experimentar, validar y difundir tecnologías destinadas al tratamiento y valorización de los residuos para su aplicación en las empresas de transformación de vegetales de la zona del Sudoe (Portugal, Francia, España y Gibraltar). Sin embargo, el Cener precisa que dentro de la investigación y el análisis se plantean al mismo tiempo otros objetivos secundarios, como “recopilar la información disponible sobre la generación, tratamiento y valorización de residuos procedentes de la industria de transformados vegetales, identificar las mejores tecnologías disponibles, favorecer el intercambio de experiencias y el desarrollo de experiencias piloto, facilitar la difusión de tecnologías entre las pymes y contribuir al desarrollo de un sector de eco-innovación”.