Alfa Laval ha firmado un contrato con Moeve (anteriormente Cepsa) por el que suministrará tecnología para satisfacer la creciente demanda de combustible de aviación sostenible procedente de materia prima no fósil. La compañía sueca suministrará soluciones innovadoras para el pretratamiento, una fase esencial para la producción de cientos de miles de toneladas de combustible de aviación sostenible (SAF) cada año en la mayor planta de biocombustibles del sur de Europa, que Moeve está construyendo en Huelva. Para Bent Sarup, Vicepresidente de Sistemas para Grasas y Aceites de Alfa Laval, "esta alianza entre Alfa Laval y Moeve es muy significativa puesto que las soluciones que proporciona son clave en este gran proyecto. Este pedido es muy importante para nosotros y refuerza nuestra reputación como líderes y expertos en esta área vital".
Hasta el momento, Alfa Laval ha suministrado dos unidades de pretratamiento diferentes para este proyecto de Moeve, que tiene un valor de 1.200 millones de euros. La construcción de la planta es un paso crucial hacia la descarbonización del sector del transporte global de manera sostenible, creando más de 2.000 empleos directos e indirectos. La construcción de la nueva planta de Moeve en Huelva comenzó en febrero de este año y se pondrá en marcha en 2026. Esta planta representa un avance significativo para aumentar la producción de biocombustibles y satisfacer la creciente demanda global de SAF. Este proyecto es una colaboración entre Cepsa Bioenergía San Roque (CBSR), una empresa conjunta de Moeve y Bio-Oils Energy, parte del Grupo Apical.
La nueva planta en Palos de la Frontera producirá 500.000 toneladas de SAF y diésel renovable anualmente a partir de materias primas avanzadas, como residuos agrícolas, grasas, aceites y grasas usadas. Este aspecto es crucial para la sostenibilidad, ya que estos productos no afectan al suministro global de alimentos, permitiendo satisfacer la creciente demanda de biocombustibles sin comprometer los esfuerzos para alimentar a la población mundial. Además de suministrar este biocombustible tan necesario, la nueva instalación emitirá un 75% menos de CO2 que una planta de biocombustibles tradicional y está diseñada para lograr emisiones netas cero a medio plazo. Utilizará electricidad 100% renovable y diferentes sistemas de recuperación de calor y eficiencia energética. Solo usará agua reciclada, y sus emisiones de agua tendrán un impacto mínimo en el ecosistema gracias a una potente planta de tratamiento de agua.