"Este es el primer proyecto europeo basado en una cadena de valor que reúne a agricultores, refinerías de aceite y una línea aérea que encabezará la comercialización de la producción sostenible de biocombustibles". Paul Nash, director de Nuevas Energías de Airbus, presenta así una iniciativa que involucra a todos los actores del sector: Tarom como compañía aérea, Airbus como fabricante de aeronaves, UOP (del grupo Honeywell) como empresa que aporta la tecnología de refino del aceite de camelina y CCE como experto en cultivos de esta planta.
Los impulsores del proyecto señalan a los agricultores rumanos como importantes actores del proyecto. Según exponen en una nota de prensa, la elección de la camelina no obedece solo a su potencial energético, sus cualidades para la rotación de cultivos y su mínimo requerimiento de riego, sino también porque “es una planta autóctona de Rumania, lo que facilitará la instalación de empresas familiares de cultivo, además de obtener subproductos de alta calidad para alimentar al ganado”.
No se desecha utilizar otro tipo de biomasas
El consorcio formado para la ocasión trabajará en colaboración con la Facultad de Ciencias Agronómicas de Bucarest y el Centro de Biotecnología Veterinaria (Biotehgen) durante las fases de plantación y cultivo de camelina y de producción del biocarburante. No obstante, el proyecto no desecha la utilización de otras fuentes de biomasa. CCE y Biotehgen llevan a cabo varios ensayos en Rumanía para localizar las mejores zonas de cultivo, evaluar la sostenibilidad de los modelos de producción y tipos de suelo –incluyen suelo contaminado y tierras no cultivadas– e identificar las mejores técnicas y el material genético a desarrollar.
Una vez que los estudios de viabilidad sobre el desarrollo agrícola, tecnológico y aeronáutico y la evaluación de la sostenibilidad se completen, el proyecto analizará las instalaciones de refinado existentes para determinar la capacidad de producción rumana. “La cadena de valor rumana de camelina nos ayudará a verificar la sostenibilidad y viabilidad económica de la producción de bioqueroseno”, añade Paul Nash. Airbus se encarga de supervisar todo el proceso, en especial la evaluación del impacto del nuevo biocarburante en diferentes sistemas del avión y en los motores.
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