A principios de este año Acció Ecologista-Agró denunció denunciaba que más del 70% de las subvenciones otorgadas desde 2009 por la Comunidad Valenciana a la extracción y gestión de la biomasa forestal residual se concentra en ocho empresas. Ahora, cuando acaban de dar un paso más en la denuncia y la elevan a la Unión Europea y han contado con la colaboración de la Plataforma Bosc Viu, suben la cifra al 75% y mantienen que “las actuaciones de extracción de biomasa se han realizado, al menos en los casos detectados e informados por Agró, de manera muy agresiva con el medio ambiente. Incluso en lugares que forman parte de espacios naturales protegidos o en zonas quemadas recientemente”.
La Generalitat Valenciana ha declarado a Energías Renovables que “no existe ninguna política de discrecionalidad a la hora de seleccionar a las empresas, ya que vulneraría tanto la normativa Feader como las de concurso público de la propia Generalitat, y se concentran en pocas empresas porque son pocas las que se presentan”. En cuanto a las acusaciones de impacto ambiental, la Generalitat defiende que “la extracción de biomasa forestal no conlleva ninguna tala y solo proceden de cortas y podas cuyo destino no es maderero y tratamientos silvícolas de limpieza y mejora de montes, y nunca de zonas incendiadas de forma intencionada, entre otras cosas porque lo prohíbe la normativa existente”. La propia Generalitat confirma que la mayor parte de esta biomasa se destina a la producción de energía.
¿Por qué no se habla de biomasa residual forestal?
Agró insiste en que con los informes e imágenes que aportan en la denuncia ante las instituciones europeas se constata que se ha vulnerado la ley forestal, las recomendaciones de la Consejería de Medio Ambiente y del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente y las indicaciones de carácter científico y técnico de las universidades y centros de investigación. “Todo esto resulta impensable en unas actuaciones que deben estar autorizadas y supervisadas por la Consejería –añaden desde la asociación ecologista– y que son posibles gracias a fondos europeos con finalidad ambiental y de promoción del desarrollo rural. Se da la paradoja de que el objetivo es la sostenibilidad ambiental y la lucha contra la desertificación cuando el resultado es un desastre ambiental”.
Desde el Ejecutivo valenciano defienden que las subvenciones sí están favoreciendo el desarrollo rural, impidiendo el despoblamiento y creando empleos locales con diversos trabajos forestales. También dan su explicación a algo que tanto Agró como este portal detectaron en las últimas órdenes y resoluciones donde se publican la concesión de las subvenciones: la ausencia del término “biomasa residual forestal”. Esto hace sospechar que se incluya en las extracciones la tala de arbolado sano. La Generalitat insiste en que no es así y que la ausencia del término “residual” se debe a “una petición del sector forestal, que no quiere que se considere esa biomasa como residuo, sino como un subproducto derivado de la valorización de los montes”.
Requisitos de Agró
No obstante, la primera medida que solicita Agró a las autoridades europeas es que no se aprueben más ayudas para estas actividades hasta que se compruebe que la biomasa forestal extraída sea realmente residual y que su extracción sea selectiva. Otros requisitos enunciados son: “que no dejen el suelo forestal desprotegido y sin una adecuada cobertura vegetal; que no se dañe el suelo forestal con la utilización de maquinaria y vehículos pesados para la apertura incontrolada de pistas y caminos ni la biodiversidad de los ecosistemas forestales valencianos; y que no afecte a espacios naturales protegidos ni a la regeneración de los ecosistemas quemados”
Los ecologistas de Agró consideran que “hasta el momento, todos estos requisitos no se están cumpliendo”, y apostillan que, si se cumplieran, no se opondrían al uso de la biomasa forestal ni a las ayudas procedentes de la UE. “Al contrario, pero queremos que se destinen a un verdadero desarrollo rural, sostenible y equitativo, y que favorezcan el medio ambiente y no sirvan para destruirlo”, concluyen.