En abril de 2013 la planta piloto que tenía Abengoa en Babilafuente (Salamanca) comenzó a producir etanol con la tecnología denominada waste to biofuels (W2B). Aunque a principios de 2017 se anunciaba que la descapitalización bioenergética de la compañía incluía el desmantelamiento de sus laboratorios de I+D, donde se investigaba en esta línea, dos años antes había tenido lugar el acuerdo con Fulcrum BioEnergy.
Según la información actual de Abengoa, ha recibido la notificación oficial desde Estados Unidos (Notice To Proceed o NTP) para “construir la que será la primera planta que, con tecnología de gasificación, producirá combustibles a partir de residuos sólidos urbanos en Estados Unidos”, concretamente en el estado de Nevada, entre Reno y el condado de Storey.
Una planta pensada para que ya estuviera en marcha
Por otro lado, Abengoa añade que “Fulcrum BioEnergy ha obtenido con éxito el cierre financiero del proyecto, condición indispensable para poder comenzar los trabajos”. Realmente, la planta, que tiene previsto producir casi cuarenta millones de litros de bioetanol para aviación, debería estar en operación comercial desde el pasado trimestre de 2017, según la noticia difundida en 2015 por la compañía norteamericana.
Este retraso se debe precisamente a la reestructuración de la multinacional española, que recuerda que será la responsable de “desarrollar la ingeniería, diseño, construcción y puesta en marcha del proyecto” de Nevada. Recuerda además que ha dedicado “más de un año a los trabajos previos de ingeniería y aprovisionamiento con el objetivo de minimizar posibles riesgos durante la construcción”.
Amplia experiencia en la conversión de residuos sólidos urbanos en energía
Ahora la planta tiene nuevos plazos. Según Abengoa está previsto que las obras “comiencen de forma inmediata y que se desarrollen durante más de dos años”. No esconde que “se trata de una importante oportunidad para la compañía que puede, de esta forma, afianzar su posicionamiento en un mercado en el que la demanda de combustible para la aviación continúa creciendo y en el que las alternativas renovables cobran un gran protagonismo”.
Sin salir del ámbito de la bioenergía, tras los problemas financieros de Abengoa, esta perdió dos contratos similares al que acaba de consolidar con Fulcrum BioEnergy, pero con plantas de generación de electricidad con biomasa.
Tras anunciar los acuerdos “llave en mano” con Belgian Eco Energy y MGT Teesside, filial de MGT Power, para construir sendas plantas en Gante (Bélgica) y Middlesbrough (Reino Unido), respectivamente, estas cayeron en manos de General Electric y Técnicas Reunidas. Sin embargo, antes ya había construido una en Arizona (Estados Unidos) para Vieste Energy.