España cuenta con una capacidad de producción de pellets de 800.000 toneladas, aunque actualmente se fabrican 400.000 y solo 130.000 se quedan en nuestro país; el resto se exportan. Y curiosamente, se exportan, en muchos casos, para producir electricidad, un mercado que en España está por explotar, ya que el destino principal es la generación de calor a través de estufas y calderas. En la actualidad, las cuatro primeras empresas certificadas con ENplus suman plantas con una capacidad de 100.000 toneladas.
“Ahora mismo estaremos entre 10.000 y 12.000 toneladas de producción sobre una capacidad de 30.000, pero hay que tener en cuenta que comenzamos en enero de este mismo año y que este de 2011-2012 va a ser realmente nuestro primer invierno completo”. Luís García, gerente de Pellets Asturias, la primera compañía en obtener el sello ENplus, refleja así las expectativas de crecimiento de un sector que, aunque afectado por la crisis, no deja de crecer. Lo comentaba también a Energías Renovables en Expobioenergía Francisco Jiménez, distribuidor oficial, a través de Calor Verde Biomasa, de las estufas y calderas austríacas Ökofen, consumidoras muchas ellas de pellets: “vendemos más calderas que el año pasado y en este ya se vendió más que el anterior”.
Sin crisis y preparados para ser sostenibles
Fabricantes e instaladores de calderas agradecen que se haya mejorado el suministro de pellets, en calidad y disponibilidad, y los productores de este biocombustible sólido quieren seguir respondiendo. Según Javier Díaz, presidente de Expobioenergía y de la Asociación Española Energética de la Biomasa (Avebiom), la entidad aceptada por el European Pellets Council (EPC) para desarrollar el sistema de certificación de la marca en España, “tenemos en espera para certificar con ENplus a quince empresas productoras y a cinco comercializadoras que suman cerca de 250.000 toneladas, por lo que en cuatro o cinco meses tendríamos 350.000 certificadas”. Todo ello permitirá asegurar el abastecimiento de un consumo que, en palabras de Díaz, “crece en torno al 20 o el 25 por ciento cada año”.
Tanto Javier Díaz como Christian Rakos, presidente del EPC, aseguraron en Expobioenergía que, además, tanto la producción española como la total europea “están en condiciones de cumplir los criterios de sostenibilidad que exija en un futuro la Unión Europea”. Díaz afirmó que “en Europa no se nos puede acusar de aprovechar mal los bosques para abastecernos de biomasa, y el caso lo tenemos en España, donde aprovechamos menos de un tercio de su crecimiento anual”. Por su parte, Rakos también defendió al sostenibilidad de las importaciones: “proceden principalmente de grandes masas forestales de Estados Unidos, donde en muchos casos continúan con las mismas explotaciones tras el abandono de la industria papelera”. También recordaron que ya hay pellets que proceden de bosques certificados con FSC o PEFC y que el balance de carbono con respecto a los combustibles fósiles ofrece entre un 60 y un 95 por ciento de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero.
En otro apartado que salen ganando con los combustibles fósiles es en la factura que paga el consumidor. Comparado con el precio medio del gasóleo, la tonelada de pellet cuesta la mitad, con el gas el ahorro es del 35 por ciento y con la electricidad se aproxima a un tercio. Estas ventajas de los biocombustibles sólidos también las han visto nuevas empresas como Bronpi, nueva también en Expobioenergía, como el 28 por ciento de los expositores de esta edición. Esta compañía de Lucena (Córdoba) llevaba ya 25 años fabricando chimeneas y estufas, pero en 2010 dio el salto a las calderas. “La gente comienza a conocer lo que es el pellet –afirma Araceli Pimentel, del Departamento de Marketing–, y eso facilita la venta de las calderas, además de que hay aspectos ambientales y económicos, como que la electricidad y el gasóleo cada día son más caros, que facilitan que vendamos cada vez más y con productos cien por cien fabricado en Lucena”.