La puesta en marcha el pasado miércoles 6 de julio de la primera planta de Andalucía de biogás agroindustrial a partir de la digestión anaerobia de purines supone un nuevo triunfo del sector, y en este caso de Giesa Agroenergía, frente a los obstáculos que se han de salvar. A las barreras generales (desaparición de primas, impuesto del 7% por producción de electricidad, impuesto de hidrocarburos…), la planta de la sociedad Agroenergía de Campillos, ubicada en esta localidad de Málaga, ha tenido que afrontar la salida de Abengoa del proyecto y la propuesta de la Junta de Andalucía de revocar una subvención de 1,17 millones de euros.
“Para hacer posible el proyecto, y como consecuencia de la entrada en pre-concurso del grupo Abengoa, Giesa Agroenergía adquirió la instalación en febrero de 2016, ya construida por Abengoa, lo que permitió continuar adelante con la instalación y el plan de entrada en funcionamiento”. Emilio Díaz explica cómo se solventó una de las dificultades sobrevenidas tras el anuncio de la construcción de la primera planta de biogás agroindustrial andaluza, que con una potencia de 1,9 MW y una capacidad de 60.000 tn/año, ayudará a aliviar los problemas de gestión de purines de una de las zonas de mayor concentración de ganado porcino de Andalucía.
La Junta revoca una subvención de 1,17 millones de euros
La generación y vertido de purines es uno de los problemas ambientales más graves que tiene la zona donde se ubica la planta, de ahí que la Junta de Andalucía, a través de la Agencia Andaluza de la Energía, se comprometiera a subvencionar con 1,17 millones de euros un proyecto que asciende a un total de 3,6 millones. Sin embargo, Giesa afirma que la Junta les comunicó la propuesta de revocación de la subvención, como consecuencia de la no ejecución del 0.68% del presupuesto aprobado.
Díaz afirma que “la propuesta está alegada y estamos a la espera del resultado final, pero la incertidumbre que ha generado la actitud de la administración, que hasta la fecha no ha respondido a nuestras alegaciones, es la principal amenaza que se cierne sobre este proyecto pionero en Andalucía”. En Giesa sufren por un lado la espada de Damocles de los bancos ante la confirmación o no de la retirada de la subvención, pero también el apoyo de los clientes, tanto de los que proceden los purines como a quienes les llegarán los productos de la digestión anaerobia de estos residuos ganaderos, incluido el calor del proceso a través de una conducción de cinco kilómetros.
Desde Giesa afirman que, aparte de generar un recurso energético en forma de biogás de más de 16 millones de KWh al año que se consumirá por empresas agro-industriales de la zona, producirá 10.000 toneladas al año de compost para uso agrícola y conllevará reducciones de gases de efecto invernadero de más de 11.000 toneladas anuales. La planta se incluyó en la primera convocatoria de los Proyectos Clima, con los que el Fondo de Carbono del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente adquiere las reducciones verificadas de emisiones de la instalación.